La Organización Panamericana de la Salud -OPS- recomendó en 2009 a los países de la región elaborar planes de trabajo para que en el 2015 contaran con hospitales seguros en caso de desastres. La República Dominicana firmó en el 2010 el compromiso de iniciar los esfuerzos para alcanzar esta meta.
Al analizar los establecimientos de salud de la región, se ha detectado que el 67% de los mismos están ubicados en zonas de riesgo de desastres. En el caso nuestro, tenemos temporada ciclónica durante seis meses todos los años y fallas geológicas.
Un hospital que no funciona deja unas 200 mil personas sin atención sanitaria y la ausencia de los servicios de urgencias disminuye considerablemente la posibilidad de salvar vidas. Estudios realizados entre el 2000 y 2009 nos dicen que en las Américas más de 45 millones de personas quedaron sin atención de salud por causas de desastres.
Se han desarrollado instrumentos simplificados poco costosos como el Índice de Seguridad Hospitalaria y su lista de verificaciones con el objeto de evaluar las condiciones de seguridad de los hospitales. La evaluación, a través de este índice, valora los tres niveles de protección para el diseño de nuevos establecimientos de salud: 1. Protección de la vida de los pacientes, visitantes y personal del centro; 2. Protección de la inversión en equipamiento e instalaciones; y 3. Protección de la función del establecimiento de salud en casos de desastre. Además, el ISH mide tres componentes: 1. Estructural. 2. No estructural y, 3. Funcional. Mientras más sea el nivel de seguridad – mayor a 70% – mucho mejor.
Hasta hace poco el país carecía de evaluadores y de ingenieros con conocimiento cabal de los materiales a utilizar en las diferentes áreas hospitalarias. Sin embargo, conjuntamente con las universidades, en los ministerios de Salud Pública, y Obras Públicas y Comunicaciones, se han realizado hasta el presente cinco cursos de formación de evaluadores de Hospitales Seguros con un total de 143 aspirantes a evaluadores, incluyendo a miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, distribuidos de la siguiente manera: 52 para evaluar estructuras, 40 no estructuras y 51 funcionales, Estos cursos han sido impartidos en la UASD y en la UNPHU.
Una vez formados, los evaluadores iniciaron el proceso de evaluación de las redes de salud, públicas y privadas, en el territorio nacional. De 37 hospitales evaluados, 34 forman parte del Ministerio de Salud Pública, dos son militares y uno policial.
Del total de 37 hospitales evaluados, 11, el 29,73%- están ubicados en categoría B, es decir en seguridad media y 26, el 70.27% en categoría C, seguridad baja. Ninguno de los hospitales evaluados alcanzó la categoría A -alta seguridad-, lo que da una idea de los elevados niveles de inseguridad, desde el punto de vista de desastres, que presentan estas instalaciones hospitalarias.
Como resultado de la aplicación del Índice de Seguridad Hospitalaria en los primeros 19 hospitales evaluados, se pudo establecer una propuesta de prioridad de actuación. Se observó que los que requerían actuación inmediata y en un corto plazo comprendían el 62% del total de los evaluados.
El estudio concluye que de los tres componentes, el funcional es el más crítico, pero es el que menos recursos requiere para ser mejorado. En fin, es necesario mejorar los niveles de seguridad de los hospitales y aspirar a que en cada uno de los componentes: estructural, no estructural y funcional sea mayor a 70% de los niveles de seguridad. Ese es el reto que tienen por delante los ministerios de Salud y el de Obras Públicas.