El arresto momentáneo del presidente de la televisora privada Globovisión, de Venezuela, Guillermo Zuloaga, es una nueva muestra de la hostilidad hacia los medios de comunicación que ha estado ejerciendo el Gobierno del presidente Hugo Chávez. Ya antes, esa hostilidad se había manifestado de diversas formas contra comunicadores sociales y medios de comunicación que han criticado el régimen.

Zuloaga fue arrestado a su regreso de Aruba, donde expuso críticas contra el gobierno de su país y el pretexto de las autoridades fue que tenían denuncias de que pretendía evadirse para no enfrentar acusaciones que el oficialismo hace en su contra. La intolerancia hacia la libertad de expresión ha sido una constante en el gobierno de turno en el país suramericano.

Esta actitud del gobierno venezolano hacia los medios de comunicación y la libertad de expresión contrasta con el clima de respeto hacia los mismos que rige en países con regímenes similares al de Venezuela, como son los casos de Brasil, Bolivia y Ecuador. Es un grave error de un Gobierno, pretender que la persecución contra  los periodistas y las presiones hacia los medios de comunicación tiene la virtud de sepultar la verdad. La intolerancia a la crítica es un rasgo típico de las tiranías. La libertad comienza por la palabra.

Pesar por la ida de un maestro

El maestro Carlos Piantini, que ya a los diez años de edad era violinista y a los catorce un sobresaliente miembro fundador de la Orquesta Sinfónica Nacional, falleció ayer en Miami, Estados Unidos, a los 83 años de edad. Su muerte es un duro golpe para el país, en especial para la música, que fue para él una vocación que desarrolló desde edad temprana. En la década de los cuarenta, sus  presentaciones y conciertos en compañía del director Julio Alberto Hernández arrancaron fuertes ovaciones.

Piantini  nació en Santo Domingo el 5 de septiembre de 1927. Era hijo de Alberto Julio Piantini y Mariana Espinal. Sus estudios de música los inició con Josefita Heredia y los de violín con los violinistas Willy Kleinberg, austríaco, y Emil Friedman, checo, ambos residentes en Santo Domingo. Su  ejercicio como director de la OSN fue bastante prolífico. Estaba casado con Yolanda Trujillo, con quien procreó cuatro hijos: Susana, Vivian, Alberto y Frank. Adiós al maestro.