Hostilidad preocupante

Hostilidad preocupante

Las agresiones y asaltos que cometen bandas haitianas contra dominicanos en Haití se han agravado y están cobrando un matiz preocupante. Recientemente fueron encañonados y despojados de  sus pertenencias el ministro consejero de la embajada dominicana en ese país, Pastor Vásquez, el agregado militar, coronel Danislevar Veloz y otras personas que les asistían cuando, en misión diplomática, mediaban para recuperar camiones retenidos por los asaltantes. Las autoridades haitianas estaban debidamente informadas de esa gestión.

Aunque en ese caso las pertenencias de los diplomáticos fueron recuperadas y devueltas por la policía haitiana, transportistas dominicanos han asegurado que los asaltantes comparten con los policías el botín que reúnen en sus operaciones. El constante asedio contra los conductores dominicanos que llevan carga a Haití se ha convertido en un ingrediente de tensiones y ya forma parte de la agenda de discusión de la Comisión Mixta Bilateral.

El Gobierno haitiano ha dado notaciones de debilidad al no ponerle freno a las actuaciones de bandas armadas que asaltan con mucha frecuencia los camiones dominicanos que llevan mercancía a Haití. El Gobierno dominicano ha debido ser más enérgico en reclamar el cese de estas hostilidades y denunciar el contubernio de policías con las bandas que cometen los asaltos.

Incapacidad compartida   

Todos los gobiernos que ha tenido este país, desde la caída de la tiranía trujillista hasta nuestros días, han demostrado una incapacidad absoluta para enfrentar con éxito  problema de los apagones. Todos comparten a partes iguales el incumplimiento de sus promesas de solución. Las interrupciones del suministro eléctrico son las mismas de siempre, una especie de constante en la dinámica económica de este país.

Desde la estatización hasta la capitalización compartida con el sector privado han sido fórmulas de solución que han degenerado en estrepitoso fracaso. Hoy como ayer,  los usuarios han tenido que valerse de fuentes auxiliares para generar la electricidad que el sistema no ha sido capaz de suministrarles. Los costos por esa causa y por el monto de los subsidios han sido una carga onerosa para la economía. Jamás tantos gobiernos habían compartido una misma muestra de incapacidad.

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