Hotel Coralsol, un impulso hacia el desarrollo ecotur¨ªstico del Suroeste

Hotel Coralsol, un impulso hacia el desarrollo ecotur¨ªstico del Suroeste

Hace tres años, los hermanos D¨ªaz Franjul pusieron en marcha un proyecto que pudiera servir como modelo de desarrollo ecotur¨ªstico del Suroeste del pa¨ªs. Un hotel de 10 cabañas enclavado en plena naturaleza, al lado del mar, y perfectamente integrado en el entorno. Una apuesta fuerte por el desarrollo de esta zona y un impulso hacia alternativas tur¨ªsticas apenas explotadas en el pa¨ªs.

La idea surgi¨® hace 9 años. Una ¨¦poca en la que apenas exist¨ªa en el pa¨ªs el concepto de ecoturismo. Manuel D¨ªaz Franjul, socio inversionista y presidente del proyecto, explica el proceso. «Viviendo en el extranjero, yo comparaba muchas cosas y siempre llegaba a la conclusi¨®n de que aqu¨ª tenemos un tesoro. No s¨®lo aqu¨ª, en estas tierras, sino toda la zona es muy rica y variada en lugares ecotur¨ªsticos». El hotel Corasol est¨¢ ubicado en unos terrenos propiedad de la familia que bordean el mar, al lado del municipio de la Ci¨¦naga, bordeando la carretera que conduce de Barahona a San Rafael (en direcci¨®n a Pedernales).

Hasta llegar a lo que hoy es el establecimiento se realiz¨® un trabajo largo y duro. «Siempre ¨¦ramos conscientes de que no hab¨ªa una infraestructura adecuada en la zona para poder desarrollar todo el potencial. Poco a poco se fueron completando algunas obras y se termin¨® el aeropuerto en 1996», señala el presidente.

«Se traba de un proyecto importante: una alternativa natural, de un turismo que no estaba siendo muy promocionado, porque lamentablemente se le ha dado mucho acento al desarrollo de un turismo tradicional. Nosotros no quisimos hacer de esto una experiencia aislada, sino que tambi¨¦n pudiera ser un modelo para iniciar una alternativa en la zona».

Los hermanos Manuel y Eduardo D¨ªaz Franjul son oriundos de Barahona y al poner en marcha esta iniciativa pensaron m¨¢s que en el mero negocio, en una forma de hacer algo por el desarrollo de esta zona, un compromiso con su tierra natal.

Las obras del hotel duraron tres años, ya que se trataba de una construcci¨®n especial. «Yo dir¨ªa que es casi una obra de arte. Hab¨ªa que conjugar los elementos naturales y no hay mucha cultura en torno a esto. Debimos educar tambi¨¦n a todos los que participaron con nosotros en la empresa para que se respetara el medio ambiente».

En diciembre de 2000 y tras una inversi¨®n con recursos propios de unos 30 millones de pesos, Coralsol abri¨® sus puertas. ¿Qu¨¦ ofrece el hotel? «Naturaleza, belleza, tranquilidad, ambiente familiar, descanso, visitas a los alrededores».

El visitante de Coralsol no es el t¨ªpico turista que uno se encuentra en las zonas masificadas del pa¨ªs. «Es un segmento muy especial. Son turistas que disponen de tiempo, a los que les gusta la naturaleza y la ecolog¨ªa y que viajan desde todas las partes del mundo». Visitantes que proceden de Europa (en una gran mayor¨ªa), Estados Unidos, Canad¨¢ y Am¨¦rica del Sur. Y tambi¨¦n un turista local, que t¨ªmidamente y con sorpresa ha ido descubriendo este nuevo concepto y se ha sentido atra¨ªdo por ¨¦l.

[b]PARTICIPACION ACTIVA[/b]

Sin embargo, los progresos tur¨ªsticos en esta zona apenas se ven. Los propietarios de Coralsol, buenos conocedores de la regi¨®n y de sus problemas, se quejan de que se trabaja en un ambiente en el que no se llegan a concretar acciones que puedan favorecer este tipo de turismo. «No hay coordinaci¨®n en los trabajos de las autoridades del sector para que pueda desarrollarse. Al contrario, a veces hay discordancia y pasividad en afrontar problemas. Hemos visto que las autoridades locales son poco conscientes de la protecci¨®n ambiental. Nosotros tenemos una participaci¨®n muy activa para concienciar de la importancia de la protecci¨®n y planificaci¨®n del ¨¢rea, pero se necesita m¨¢s participaci¨®n de todos los implicados en el proceso».

Por ejemplo, Barahona cuenta desde 1996 con un aeropuerto con muy buenas condiciones que nunca ha funcionado. «Hubo un intento, en diciembre de 2001 de la compañ¨ªa American Eagles con vuelos a Puerto Rico, que dur¨® tres meses».

Otro problema que afronta la zona es la construcci¨®n de una v¨ªa r¨¢pida en los alrededores de la comunidad de La Ci¨¦naga, que, en su opini¨®n, afectar¨¢ el equilibrio ecol¨®gico de la franja costera. Se trata, seg¨²n comentan, de una obra que fue desdeñada por las autoridades de los gobiernos de Balaguer y Leonel Fern¨¢ndez y que ahora se ha vuelto a retomar. «Es una intromisi¨®n de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, que no tiene potestad para hacer esto. Es un desorden, una mezcla de intereses». En este sentido, opinan que lo que debe hacerse es convertir la v¨ªa en un corredor tur¨ªstico donde poder montar a caballo, en bicicleta o pasear por la playa. «En este tri¨¢ngulo que forma Bahoruco La Ci¨¦naga San Rafael las oportunidades de desarrollo son m¨¢s limitadas. Entonces en lugar de mantener el equilibrio se hace esto»

¿Est¨¢n unidos los empresarios del sector? «Hemos empezado a nivel local con la posibilidad de acciones, organizando un ‘cluster’ ecotur¨ªstico con el apoyo de agencias internacionales. Y a nivel nacional est¨¢ en marcha la Asociaci¨®n Dominicana de Empresas Ecotur¨ªsticas, Adecotur, cuya presidenta es Rosalinda Thomas, y cuyo vicepresidente soy yo», indica Manuel.

[b]UN TESORO[/b]

«Éste es un tesoro que necesita ser explotado», dice Eduardo D¨ªaz Franjul, quien est¨¢ m¨¢s que convencido de las posibilidades de este Polo Tur¨ªstico, el n¨²mero 4, que engloba las provincias de Pedernales, Barahona, Bahoruco e Independencia, y que cuenta con dos parques nacionales y el Lago Enriquillo, adem¨¢s de una costa de excepcional belleza y un sinf¨ªn de lugares de inter¨¦s para visitar. Manuel refuerza la idea: «Estoy m¨¢s convencido ahora que antes de que a pesar de todas las limitaciones ¨¦sta es una experiencia que ofrece grandes alternativas».

Por eso, se habla de que s¨ª puede ser ¨¦ste un buen negocio y que adem¨¢s tiene posibilidades de expansi¨®n. «No pensamos nunca en algo de mucha densidad, porque no es compatible con el proyecto. Tenemos alrededor un terreno de 60,000 metros cuadrados y podemos llegar a 25 cabañas e incorporar algunos elementos culturales como un anfiteatro para celebraciones aut¨®ctonas y un pequeño centro de conferencias», señalan.

«Con la experiencia que hemos tenido con Coralsol contin¨²an el ecoturismo ya no es una aspiraci¨®n, sino una realidad. Ya existimos como empresa y es un modelo que perfectamente puede servir para que otros empresarios puedan repetir esta iniciativa. El beneficio social del ecoturismo es muy importante. Puede ser la soluci¨®n al desarrollo econ¨®mico y social de esta zona».

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