Hoy con Cristo

Hoy con Cristo

POR OSCAR AROCHA
«El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de 430 años» (Ex.12:40).

En una tierra donde seamos peregrinos no esperemos vivir como los que aman o son naturales de esa tierra. Los moradores de este mundo aman las facilidades y la prosperidad terrenal de aquí abajo, porque eso es lo que anhelan, pero si eres hijo de Dios no olvides tu condición de peregrino, tú estas aquí de paso hacia la patria celestial, no te extrañe, pues, que los hombres mundanos vivan con mucho más facilidad que tú, porque no eres de aquí, sino de arriba, los que han nacido de Dios son de Dios y hacia Dios se dirigen o van.

Hay una íntima conexión entre el corazón y los ojos, tú mirarás hacia donde esté inclinada tu alma, por eso cuídalo para que no se envanezca con las cosas de este mundo, y todo lo demás estará cuidado. Cuan hermosa es la humildad de corazón, imitemos eso en la piedad, modestia, y sencillez de los hijos de Dios. Los peregrinos y todos los que dicen ser Cristianos, profesan serlo, pues la mortalidad del cuerpo y la inmortalidad del alma así lo confirman, que somos extranjeros en este mundo.

Y el extranjero no sólo mira en su corazón el lugar donde pertenece, sino que también orienta sus pasos hacia allá, su patria: «Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la porvenir» (He.13:14). Esta época de un materialismo desenfrenado es un tiempo muy adecuado para practicar la moderación que es propia de los peregrinos que van hacia la patria celestial. Amen.

Web site:
www.ibgracia.org

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