Hoy con Cristo

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PASTOR OSCAR AROCHA
“Entonces mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación” (Sal. 35:9).

En este texto se destacan asuntos relacionados con el gozo.

El lugar de sus dulces sentimientos fue su alma, un aguacero que empapó las raíces de sus entrañas, no hay sentimiento que baje tan profundo como esto, fue un sentimiento íntimo. Tal es el anhelo de los hombres, disfrutar de sentimientos dulces, hondos, y tranquilos. Eso es gozar. 

Estuvo alegre, y además regocijado; gozo sobre gozo. El hace notorio el objeto de su gozo, el Señor.

El conocimiento de Dios enciende el gozo Cristiano, verlo con ojos del alma, o de fe. Por último el regalo, o lo que Dios le trajo: “Su salvación”.

En resumen: Vio a Dios en su alma, le fascinó, más aún por el regalo recibido, Cristo Jesús.

Aquí podemos decir: Que el gozo Cristiano es disfrutar de un claro sentido del amor de Dios en Cristo. Es agasajar la imaginación con pensamientos de vida eterna, o que Cristo es nuestro. La salvación no es otra cosa que la vida eterna, y así está escrito: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn.17:3).

El amor de Dios en Cristo, vida eterna y salvación son términos equivalentes; eso es gozarse más en el Dador que en los dones recibidos.

El confiesa la razón de todo ese mar de deleite: “Por cuanto me alegré en tu salvación”.

Esto es, que su alma fue inundada de un claro sentido del amor de Dios; lo cual ensancha el corazón Creyente y lo llena con dulzura y contentamiento.

El gozo abre las puertas y el canto sale. Se dan dos tipos de creer, uno con la cabeza y otro con el corazón, y cuando es con el corazón, el efecto es este: “Todo gozo y paz en el creer”. Sea, pues, la fe nuestra perenne fuente de gozo. Es por esa fe que el Creyente es una persona alegre. Amén.

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