Hoy con Cristo

Hoy con Cristo

POR PASTOR OSCAR AROCHA
«Sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro» (1Co.1:22)
El Nuevo Testamento enseña que las aflicciones o los sufrimientos de los Creyentes fueron comprados por el Señor Jesucristo para los suyos.

Nótese que Pablo dice que la muerte, el rey del miedo y de las angustias, es aquí citado como uno de los bienes que Cristo compró en su sacrificio, y lo compró para usted y se lo dejó a usted. Si la muerte es suya, todas las aflicciones que son hijos de ella, también. Pregunta: ¿Quién temerá lo que es de su propiedad?

Por otro lado, se nos dice que son parte de los dones de Dios: «Porque se os ha concedido a vosotros, a causa de Cristo, no solamente el privilegio de creer en el, sino también el de sufrir por su causa» (Fil.1:29); Cristo no da males a los suyos, de ninguna manera, y aunque estas aflicciones parecen ser un mal, en realidad son un bien.

 Lo que nunca te dará Cristo son el desespero e impaciencia, eso no viene de Dios, sino de nuestra propia incredulidad y mal corazón. Pero es bueno decirte que es inevitable, en muchos casos que los sufrimientos traigan la tristeza debajo del brazo, como está escrito: «Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados» (Heb.12:11).

Esas verdades generales pueden ser puestas de forma individual con la vida de un hombre en Cristo: «Como no conocidos, pero bien conocidos; como muriendo, pero he aquí vivimos; como castigados, pero no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada. Amén

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