Hoy con Cristo

Hoy con Cristo

PASTOR OSCAR AROCHA
 “Pero yo miraré a Jehová; esperaré en el Dios de mi salvación.  ¡Mi Dios me escuchará!” (Miq.  14:7).

 El profeta había analizado la situación moral de su generación, y concluyó de lo profundo de su alma, un dolor espiritual intenso, y además no había hombre o mujer en quien confiar, como si todas las puertas se hubiesen cerrado, de ahí su conclusión: “Yo miraré a Jehová; esperaré en el Dios de mi salvación” (v7).  Esto es, que si al buscar ayuda de las criaturas caemos víctimas de  la frustración o desconcierto, entonces tenemos más que razones para mirar, esperar y confiar en nuestro Dios. 

En las palabras del profeta se nota que apoyó su alma en dos asuntos.  La presencia y amor divino. 

El dijo: “Yo miraré a Jehová”; esto es, que estoy seguro que Su presencia estará conmigo.  Y agregó: “Esperaré en el Dios de mi salvación”; o que estaba confiado en el amor de Dios.  Esto es, que el Señor ha prometido a Sus hijos suficiente provisión para épocas difíciles.  Su presencia y Su amor.

  Su presencia.  El Señor ha asegurado a su pueblo darle una salida segura a los Suyos, aun en medio del mayor peligro, o desespero.  Su amor.

 En medio de la confusión moral, nuestro pensamiento casi obligado es que ha llegado la fatalidad, o lo peor, que el Señor se ha olvidado, eso dice la mente carnal, que sólo se informa por los sentidos, pero cuando instruimos nuestros corazones con la palabra de fe, el asunto toma un color muy diferente, la situación se torna de amargo a dulce, y tal verdad es lo que dice la palabra de este texto: “Yo miraré a Jehová; esperaré en el Dios de mi salvación.”  Amén.

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