Hoy con Cristo

Hoy con Cristo

PASTOR OSCAR AROCHA
«Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15).

El carácter de un hombre puede ser conocido por sus hechos, por eso será nuestra inmediata labor reunir los hechos del hombre que narra esta parábola, con el fin de conocer cuáles son las cualidades que identifican la avaricia, y esto lo haremos viendo de cerca los pensamientos, palabras y determinaciones del personaje de nuestra parábola, veamos.

Es una extrema desgracia de la avaricia, cuando un hombre se angustia en el presente, por miedo de ser pobre en el futuro. El avaro se tira al agua por el susto de ahogarse en el bote. La ansiedad esclavizante es el fruto común de la abundancia de este mundo, y la falta siempre presente en aquellos que tienen muchos bienes. Las personas que más atadas están a las cosas de este mundo, pertenecen, posiblemente, al grupo de aquellos que menos  pueden conciliar el sueño. Por tanto, amado hermano, no te empeñes en una misión imposible, y ruega a Dios que te enseñe a estar contento con cualquiera que sea la cantidad que tengas en el bolsillo: «No te afanes por hacerte rico; sé prudente y desiste» (Pro.23:4). La imprudencia de corazón y el amor al dinero van de la mano. Los hombres están en un grave error con respecto de las riquezas: Dios es llamado rico, pero no por su dinero, sino por su misericordia; no por tener bienes, sino por hacer el bien. Ser rico para con Dios es ser rico en fe; rico en Dios es ser rico en buenas obras.

La pregunta que debemos hacernos, no es, cuánto aumentaron mis ingresos en este día, sino: ¿Cuándo fue la última vez que hice el bien a mi prójimo?

Amén.

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