Hoy con Cristo

Hoy con Cristo

Pastor Oscar  Arocha
» Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad..»  (Jn.4:16-18).

 Jesús le habló a la mujer de un tema vergonzoso, su oscuro pasado. Ella parece responder con algo de turbación, pero con la verdad; el Señor, pues, la animó a buscar de Dios con dos estímulos: «Bien has dicho… Esto has dicho con verdad». Le perdonó su pasado y elogió su sinceridad. El estímulo es la expresión de ternura que demos a nuestro prójimo con el fin de influir el ánimo al deber.

El prójimo también tiene sus malos tiempos donde ve todo negro, sin esperanza, y las adversidades parecen insalvables, allí necesitan ser estimulados. Usted puede estimularlos haciéndoles ver lo irracional de su descontento, o ayudándoles a entender las promesas de Dios. De modo que es el deber de todo amigo considerar los fallos o tentaciones a que están expuestos, y aplicar estímulo a sus corazones, o poner buenas palabras para que sean levantados, o una buena comunicación.

 La buena comunicación es un arte que requiere un esfuerzo consciente para mejorarlo. El habla  posee dos características que dificultan su dominio o control: Rapidez y fuerza. Su fuerza: Hay ocasiones que la lengua presiona tan fuerte contra las mandíbulas que vence y hablamos lo que no debimos.

Rapidez: Desarrolla una velocidad que no hay manera de detenerla y sale a la luz el pecado. Para refrenar la lengua necesitamos no solo ser cuidadosos y velar, sino también tomar una sólida resolución para no corromper la buena comunicación: «Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté frente a mí.» (Sal.39:1).

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