Hoy con Cristo
Ahora tienes más razones para creer

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Un maravilloso argumento del origen divino de la Biblia es la amplia difusión que ha tenido, es obvio en las obras de la providencia que la bondad del Creador y la divulgación de las Escrituras están en conformidad en que lo mejor sea difundido. A través de Europa, Asia, África y América. En el espacio de treinta años fue conocida en todo el Imperio romano, llegando hasta la misma casa del emperador. Sobre esto dijo Agustín: “Si los milagros relatados por nuestros escritores son verdad, entonces ellos dan testimonio de la verdad de las Escrituras.

Sin son falsos o arreglados, entonces tenemos el mayor de los milagros, que la religión cristiana prevalezca en el mundo como lo ha hecho”. Pero es aun más maravilloso si se considera, que sus doctrinas son contrarias a la naturaleza humana; no se promete gratificar los sentidos, ni esplendor de vida, ni placeres, ni beneficios materiales; sino que somos atados a renunciar a todas esas cosas y esperar persecución aun de nuestros amigos: “Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame… Que no reciba cien veces mas ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna” (Mat.16:24; Mar.10:30). Sus creencias enseñan a navegar en contra de los vientos de la carne y del mundo; el hecho que prevalezca es signo de su divino poder.

Considere los débiles hombres que la dirigieron o fueron usados para promoverla: Algunos destituidos de ayuda, sin poder, ni sabiduría, ni autoridad, sin las ventajas que uno pensaría necesarias para una obra tan grande.   No tenían dones de elocuencia, ni interés terrenal, ni las destrezas que tuvo el mundo y aun así prevalecieron. Con esa debilidad trataron y ganaron a la fe hombres talentosos e instruidos, cuya religión habían heredado de sus ancestros por siglos y los persuadieron a abandonarla y abrazar hasta la muerte el cristianismo. Ahora tú tienes muchas más razones para recibir las Escrituras como la Palabra de Dios, que para dudar de ella.  Amén.

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