Hoy con Cristo
Cristo es hijo por generación eterna

<STRONG>Hoy con Cristo<BR></STRONG>Cristo es hijo por generación eterna

Los títulos de Dios son usualmente adecuados al asunto que se tiene en mano. Las bendiciones a su pueblo, más que una paga de siervo son una herencia en Cristo. Más aún, que la esperanza de los Creyentes es en base a la adopción, Cristo es hijo por generación eterna, pero nosotros por Gracia, o que nuestro privilegio no es por nacimiento, sino por aceptación: “Gemimos dentro de nosotros mismos, aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo” (Ro.8:23).

En Jn.17:24, dice: “Yo quiero”; la traducción en español expresa con mucha fidelidad el sentido original, porque es algo más que un deseo, es una demanda, no tanto de la autoridad de Dios Hijo, sino el deseo ardiente del corazón. Mire otro pasaje donde se clarea el sentido del quiero de este último verso: “En seguida ella entró con prisa al rey y le pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista” (Mar.6:25). De manera que la forma de expresión encierra que la petición posee en su base la fuerza de una promesa, por eso decimos que es más que un deseo.

Esto consuela, porque enseña la certeza de nuestra gloriosa esperanza. Estaba cerca de morir y esta fue su última voluntad o testamento: “Padre, yo quiero” (Jn.17:24). La expresión encierra que la petición posee en su base la fuerza de una promesa, o que es más que un deseo; hizo suave demanda, pero demanda al fin, para favorecer a los elegidos. El cielo es un legado dado por Cristo: “Yo, pues, dispongo para vosotros un reino, como mi Padre lo dispuso para mí” (Luc.22:29).

Esa es la hermosura de la Gracia en darnos como herencia gloria eterna. Es cierto que fue comprado por Cristo, y a los Creyentes es un don, porque lo recibimos en virtud de su testamento y de la promesa del Padre: “Las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efe.1:18); los herederos reciben sin esfuerzo, heredar es algo libre. En esto Cristo hizo la compra y poseemos el don. Es motivo de seguridad que cuando vemos las glorias y excelencias del cielo, también vemos un misericordioso Padre y a Cristo que pagó el precio. Es llamado el don de Dios a través del Señor Jesucristo. Amén.

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