Aquí el Señor apela a la razón humana y a las más altas facultades del alma, nótese lo razonable de su argumento: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?; el consulta nuestra lógica racional abriendo una pregunta que puede ser fácilmente contestada por cada uno, y así demos una fuerte razón a la mente para que escoja a Cristo y entregarlo todo en Sus manos, porque con Él estará mejor guardado que con uno mismo.
Cuando oímos hablar del alma suena como algo distante y alejado de nuestra realidad, por eso emplea un sinónimo que ayude nuestro entendimiento, la vida: Porque el que quiera salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por causa de mí la hallará (Mat.16:25). Salvar el alma es lo mismo que guardar y proteger la vida. Es muy mal negocio ganarlo todo y perder la vida.
El texto habla de una balanza con un par de platillos. De un lado es pesado todo el mundo, o que tú tomes todo lo que puedas conseguir del mundo, ponlo en una balanza de medir su precio. En otra balanza pon tu propia vida. Ahora, que te pongan a escoger. Seguro que nadie escogería el mundo para que luego le quiten la vida; tal es la apelación que aquí Cristo te hace. Algo mas, que Dios ha puesto las cosas que todos sin excepción deben hacer una escogencia, no hay posibilidad de no hacerlo. Tomar uno es rechazar el otro, o rechazar el otro es escoger el uno. Escoge, pues a Cristo y por siempre vivirás. Amén.