Hoy con Cristo
Jesús  ascendió a la vista de los discípulos

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“Y Jesús, habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado” (Hechos 1:9).

Nuestro Señor se fue después de concluir todo lo que tenía que decirles. Comenzó a ascender a la vista de los once discípulos.

Ellos no lo vieron en el momento que se levantó de la tumba cuando resucitó, porque lo verían muchas veces después, con lo que tendrían suficientes evidencias de la resurrección.

Pero ahora es diferente. No lo volverán a ver hasta Su regreso en gloria, por tanto ascendió delante de sus ojos, concluyó sus palabras de instrucción a los discípulos y se fue.

   Nuestro Salvador ascendió al tercer cielo tan pronto como finalizó su obra, no solo de hacer y sufrir, sino de dar suficiente instrucción a los apóstoles acerca del reino de Dios: “Apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios» (Hch.1:3), esto es, que Cristo dejó este mundo luego que puso en orden su casa,  que ella siguiera siendo bien gobernada después de su muerte y resurrección, por eso gastó un mes y diez días en esas labores. El lugar que escogió para ascender fue el Monte de los Olivos (v 12); no fue una llanura ni un lugar oculto, sino un monte alto, de modo que Su ascensión fuera de la forma más visible posible, abierta a la mirada de todos ellos.

Este sitio es el mismo lugar de donde fue tomado y llevado para ser crucificado; desde este monte salió para tomar su cruz,  y de allí se levantó para recibir su corona.

¡Cuán a menudo hace nuestro Dios que lo  mismo que es causa de dolores y sufrimientos sea luego motivo de regocijante victoria!

 Ellos vieron directamente que la travesía de Cristo comenzó en el suelo del monte del olivar y finalizó en el cielo, cuando una nube lo ocultó, que vieron todo el proceso de lo natural revelado por sus propios ojos hasta entrar en la esfera de lo invisible, después de ahí le vemos mediante la fe sentado a la diestra de Dios en las alturas. Amén.

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