Hoy con Cristo
La gratitud es un fruto obligado de la fe

<STRONG>Hoy con Cristo<BR></STRONG>La gratitud es un fruto obligado de la fe

PASTOR Oscar Arocha
Nuestra historia empieza así: “El primer día de la semana”,    el autor enfoca su vista y la de sus lectores en un día específico de la semana, el primero. La semana tiene siete, sin embargo ninguno de los otros son mencionados como este en todo el Nuevo Testamento, o que se le da un tratamiento especial al primer día de la semana.

Esto es, que el lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y aun el mismo sábado no son mencionados con el brillo y honra para el pueblo cristiano como el primero. La semana terminaba el sábado o séptimo día, por lo tanto el primero  es nuestro domingo. Y no es para menos, la vida del Nuevo Pacto, que fue mucho antes profetizado,  se inicia con este solemne y hermoso día.

Una lectura superficial del Nuevo Testamento mostrará que la vida, visión y esperanza de los creyentes, y por ende de la Iglesia, fue radicalmente transformada a partir de este día. Los discípulos se habían escandalizado con la muerte de Jesús, pero ahora con la resurrección volvieron a seguir al Cordero con un amor renovado, de entrega total e incondicional por el Evangelio: “Este es el día que hizo Jehová”. ¿Qué sucedió ese primer día de la semana? La resurrección del Señor Jesús.

Nadie se sintió tan obligado y fervientemente agradecido como esta María. Recordemos que siete demonios fueron sacados de ella por el mandato de Cristo (Marcos 16:9). Ahora ella es libre del poder del demonio, y hace lo que al menos debiera hacer quien ha sido librado así, amar a Jesús. La gratitud, cuando es sincera, produce un ferviente deseo de retribuir el bien recibido. Y ante este testimonio de María, somos humillados por nuestra ingratitud hacia quien nos dio el perdón de nuestros pecados. Seamos agradecidos, pues, la gratitud es un fruto obligado de la fe.  Amén.

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