Hoy con Cristo
Lejos del yugo divino se cae en la oscuridad

<STRONG>Hoy con Cristo<BR></STRONG>Lejos del yugo divino se cae en la oscuridad

Al leer se nota que los judíos no pudieron llevar un hombre a una muerte oficial y le fue necesario acudir a la mano de otra nación. Conociendo su historia se nota que fueron merecedores de estar bajo el imperio romano; dejaron el yugo de Dios, y fue justo que la providencia los pusiera bajo la esclavitud de Roma. Por el desenlace de la historia parecería si estaban gustosos de matar con mano ajena. Aquellos a quienes les fue confiado el rebaño de Israel, ahora lleva uno de ellos al tribunal de Pilato: Los que fueron grandes en Israel: “Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio” (v28). Cuando los hombres dejan el yugo divino, caen en una contradicción y locura que ni ellos mismos logran darse cuenta; caen en oscuridad.

Leamos: “Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?” (v28-29). Esos judíos fueron cuidadosos de cumplir con la pascua, pero descuidados con su corazón, no les tembló el pulso colgar un inocente. Pilato fue más cuidadoso que ellos, note: “¿Qué acusación traéis contra este hombre?” Establecer los hechos antes de pasar juicio.

Pero estaban tan acostumbrados a que sus opiniones fuesen ley, que procuraron una sentencia por acusación sin fundamento, nótese: “Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado” (v30). Que Pilato lo matara por simple opinión; un impío con más sentido de justicia que líderes religiosos. Como si hubiesen dicho: Ya lo juzgamos, sólo resta que tú lo mates.

Caifás y Pilato han cambiado de oficio, el impío habla de la ley y justicia que el líder religioso debió haber hecho. Fueron maliciosos y soberbios, una ofensa en su imaginación le era suficiente para matar. Su egoísmo fue tan lejos, que vieron ofensas, donde no existían. Pretendían que Pilato lo condenara sin oírlo. Como si sus propias conciencias les testificaban que Pilato fue más justo que ellos.  Dios nos ayude para ser librados de tan densa oscuridad. Amén.

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