PASTOR OSCAR AROCHA
«Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a que esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos» (Ro.8:24).

La salvación de cada uno comenzó cuando  por la misericordia del Señor nos convertimos de las tinieblas a la luz, pero esa salvación no es completa hasta que el cuerpo y el alma sean glorificados, el Día que Cristo regrese en gloria; seremos librados de todo mal y entraremos a poseer la felicidad suprema que aguardamos.  Pablo prueba esta verdad con dos argumentos; cuando habla del estado presente de los cristianos: «Porque en esperanza fuimos salvos», y  al considerar lo que es la esperanza: «La esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?» (v24).  Todos los Creyentes son salvos, pero en esperanza.   Tiene completa salvación, no en posesión, sino en expectación ; tal es la esencia de las palabras de Pablo.  Dice que seremos aceptos en el Día Final, porque somos salvos ahora.  El no dice que seremos salvos, sino que ya lo somos:  «Porque en esperanza fuimos salvos» (v24).  Un verdadero Cristiano es alguien que está a la segura espera del cumplimiento de las promesas de Dios en la salvación. Por tanto, la riqueza de un Cristiano no está en las cosas visibles, sino en las invisibles.  Hay muchas cosas buenas y agradables, pero será la sabiduría de un Cristiano saber y actuar sobre la realidad de que su felicidad no está en el bien presente, sino en el futuro. Los bienes presentes deben ser siempre usados como instrumentos que nos ayuden a acercarnos más a la vida eterna.   Todo lo que ellos esperan de Dios está básicamente en el otro mundo.  Más aun, nadie podrá ser llamado un verdadero cristiano a menos que piense diferente a como lo hace el mundo.