Hoy con Cristo
Pastor Oscar Arocha

Hoy con Cristo<BR><STRONG>Pastor Oscar Arocha</STRONG>

 “Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto” . (Sal.4:7)

El salmista no dice que el gozo de los otros hombres sea malvado o pecaminoso, sino inferior. El suyo viene del Cielo. El objeto o propósito de un hombre define su gozo. Lo carnal, en los asuntos relacionados con el gozo o satisfacción de vida, se encierra en tres asuntos, y sólo estos tres: honor, dinero y placer. Si el gozo de un hombre está en ser honrado, apreciado por sus semejantes, o en la posesión y disfrute de bienes materiales o el placer temporal de las cosas, entonces tal gozo es carnal, ya que es producido por las criaturas, no por Dios. Este gozo no sólo es terrenal, sino también menor al verdadero.

El Señor Jesús también hace esta distinción entre gozo carnal y espiritual, nótese: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lc.10:19-20). Uno pudiera gozarse en asuntos materiales o terrenales, pero el regocijo o gozo pleno de nuestro corazones pertenece sólo a Cristo. Mientras mayor la altura de una persona a mayor peligro para su alma se encuentra, entonces una alta posición social, abundancia de dinero, o placeres no debe ser motivo de gozo, sino de precaución por el peligro que envuelve. Bien fueron reprendidos los apóstoles: “No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan” (Lc.10:20). Amén.

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