Hoy con Cristo
Todo el  mundo tiene asuntos importantes

<STRONG>Hoy con Cristo<BR></STRONG>Todo el  mundo tiene asuntos importantes

En este verso se ven dos cláusulas opuestas en la cualidad de las personas mencionadas. En la primera se trata de un hombre sabio, y en la segunda de uno necio o insensato.

Del primero dice que su cualidad primordial es que sabe hacer buen uso de los dones recibidos, pues tiene la sabiduría delante de sus ojos y la emplea para caminar sin tropiezos. Es un buen conductor de vehículos, quien al caer la oscuridad sobre él, enciende las luces para iluminar su camino: “En el rostro del entendido aparece la sabiduría”: la sabiduría está enfrente de quien tiene buen entendimiento, considera lo que tiene por delante y lo emplea para su bien.

Con el necio es muy diferente: “…mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra”; este tiene ojos, pero es como si no los tuviera, porque en lugar de considerar lo que tiene por delante,  su mente anda lejos de su realidad, viaja por los confines de la tierra.

Hay personas cuyo conocimiento le es inútil,  como si no lo tuvieran, ya que no hacen buen uso de éste.

 Todas las personas tienen asuntos de peso e importancia a su alrededor, esa es su realidad; sin embargo, no le dan mente a tales asuntos, en cambio, son muy activos con lo que está lejos de sus entornos. No le dan mente a las cosas importantes de la vida,  no consideran cómo viven ni el estado de su alma; son incapaces de ver hacia dentro de su propio corazón. Note cómo lo dice Salomón: “Los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra” (v 24). Son inmaduros e infantiles, como niños, no reflexionan, sino juegan, piensan sólo en diversión y no le dan mente a su propio estado; carecen de gobierno. Por todo medio legítimo tú debes tratar de abandonar la necedad y ser un hombre sabio.

Cuando Cristo estuvo sobre la tierra, los fariseos se consideraron sabios, y se condenaron; en cambio, lo publicanos se vieron como necios, y Jesús los salvó. Amén.

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