Hoy, en el PRD

Hoy, en el PRD

En una convención interna sin precedentes, el Partido Revolucionario Dominicano logró romper con algunos moldes y señalamientos de profetas del desastre, que nunca faltan.

Primero: una intensa campaña que movilizó a miles de personas que trabajaron a favor de sus candidatos;

Segundo: la participación sin precedentes tanto en el número como en la calidad de las personas;

Tercero: la destacada presencia de importantes sectores de clase media que, usualmente, no son dados a participar en este tipo de elecciones; Cuarto: el triunfo de la verdad sobre la manipulación mediática;

Quinto: una demostración de que no siempre el dinero tumba el pulso del pueblo, pues cuando la voluntad popular transita por un camino no hay recursos ni fuerzas que la puedan torcer;

Sexto: la demostración de que el país quiere, demanda y necesita un cambio político para mejor;

Sétimo: que los jóvenes votaron por el candidato que los toma en cuenta, los respeta y los valora;

Octavo: que las mujeres votaron por el candidato que las toma en cuenta, las respeta y las valora;

Noveno: que ganó el candidato que siempre exalta los símbolos del partido y pondera y respeta el ejemplo del inolvidable compañero José Francisco Peña Gómez;

Décimo: que obtuvo la victoria el candidato que convocó al perredeísmo verdadero a votar por el rescate del partido;

Décimo primero: que el Partido Revolucionario Dominicano demostró ser disciplinado, respetuoso, fuerte y tumultuoso como un río que sabe llegar al meandro suave, donde las aguas fluyen lentas pero constantes;

Duodécimo: que el Partido Revolucionario Dominicano demostró, nueva vez, que quienes hablan de la desaparición de los partidos están equivocados, pues cuando hay un candidato creíble, dotado del carisma necesario, los pueblos saben respaldar sus parcelas políticas;

Décimo tercero: que la convención del Partido Revolucionario Dominicano logró despertar las simpatías de propios y extraños, unos por su participación activa y los otros porque vieron cómo se impuso la civilidad, pese a toda la ponzoña de quienes azuzaban de una y otra manera para que se produjera una confrontación violenta;

Décimo cuarto: que desde el punto de vista interno, no hubo vencidos ni vencedores y sólo un ganador: el Partido Revolucionario Dominicano.

Pasada la campaña, terminada la votación, finalizada la cuenta de los votos, resultó victorioso quien tenía que ganar, porque la voluntad nacional así lo señalaba: Hipólito Mejía Domínguez.

Tal como siempre ha manifestado Hipólito, si nunca ha retaliado contra sus adversarios de otros partidos políticos, no represaliará contra sus propios compañeros.

Llegó la hora del gran abrazo donde cabemos todos.

El camino hacia el poder llama a todos los perredeístas. Quien divide traiciona.

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