En una sociedad como la nuestra, que en determinados momentos la sensibilidad de muchos es puesta en tela de juicio, habitan seres humanos con necesidad de abrigo, alimentos y un hogar.
Con el propósito de concienciar y crear estrategias de ayuda a favor de personas sin espacio donde vivir , se ha considerado el 28 de noviembre, como el Día Mundial de las Personas sin hogar.
Una persona sin hogar es aquella persona que vive en las calles de las ciudades, y temporalmente en albergues, a causa de una ruptura encadenada, brusca y traumática de sus lazos familiares, sociales y laborales.
De manera peyorativa (expresión negativa), el término para referirse a estos seres humanos ha sido erróneo, utilizando palabras como «mendigos, vagabundos, huérfanos, callejeros, indigentes o locos» .
Generalmente existen múltiples razones por las cuales un ser humano puede encontrase en situaciones de escasez y abandono, como ruptura de lazos familiares y personales; de lazos laborales y sociales.
Dentro de los casos más comunes en República Dominicana, el aislamiento familiar es uno de los más conocidos , seguido de los que padecen algún caso de demencia o trastorno, que en su mayoría son producidos por drogas.
Muchos de los que han estado bajo las condiciones de deambular en las calles por falta de un techo, han expresado el miedo al rechazo que sienten al momento de reivindicarse a una vida laboral y a rehacer relaciones familiares y sociales, también la extrema indigencia a la que le conduce esta situación es un obstáculo para ello.
No tenemos que tener el título de entidades gubernamentales o sociales para tomar la iniciativa de ayudar a los necesitados que a voces piden de nosotros. Erradicando la cantidad de personas sin techo se trae consigo una sociedad organizada.