Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo.
Cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa.
A diferencia de la población de los países de ingresos altos, los habitantes de los países de ingresos bajos y medios a menudo no se benefician de programas de atención primaria integrados para la detección precoz y el tratamiento temprano de personas expuestas a factores de riesgo, razón por la cual más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de ingresos bajos y medios.
Las enfermedades cardiovasculares son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen: cardiopatía coronaria, enfermedades cerebrovasculares (enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro), arteriopatías periféricas, cardiopatía reumática, cardiopatías congénitas (malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento) y trombosis venosas profundas y embolias pulmonares (coágulos de sangre en las venas de las piernas, que pueden desprenderse y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones).
Las causas más importantes de cardiopatía y enfermedades cerebrovasculares son: una dieta malsana, inactividad física, consumo de tabaco y consumo nocivo de alcohol, entre otros factores.