Hoy niños obesos… mañana, diabéticos

<P>Hoy niños obesos… mañana, diabéticos</P>

Reportaje. EFE. ¿Es este el futuro de los niños hispanos en Estados Unidos? Los niños hispanos son un colectivo que come demasiadas grasas y comidas rápidas y pocos alimentos saludables.

Muchas horas ante el televisor, la videoconsola y el ordenador y pocos momentos dedicados a la gimnasia o el deporte. La alimentación y el estilo de vida de la población infantil hispanoamericana aumenta el riesgo de que sufra diabetes.

Tan claro como preocupante: el exceso de peso corporal en los niños hispanos aumenta las inflamaciones de sus vasos sanguíneos lo cual los ponen en riesgo de que sufran diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Lo ha revelado un estudio del Centro Joslin para la Diabetes, asociado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

Los investigadores estudiaron a 38 pequeños y adolescentes hispanos de entre 10 y 18 años, veintiún de los cuales eran obesos pero tenían niveles normales de glucosa (azúcar en sangre) con lo que no habían desarrollado la diabetes. Los demás participantes en el estudio eran bastante más delgados.

El “grupo de gordos” ya había comenzado a mostrar cierta resistencia a la insulina, un desorden que hace que la hormona que produce su organismo no funcione adecuadamente, y el páncreas se vea obligado a trabajar a un ritmo mayor para mantener los niveles de insulina en la sangre.

Según el doctor Enrique Caballero, endocrinólogo del Centro Joslin y director de la investigación, los niños y adolescentes hispanos excedidos de kilos ya mostraban problemas de circulación y evidenciaban un proceso inflamatorio en los vasos capilares.

La inflamación vascular es un factor clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y se halla estrechamente vinculada no sólo al exceso de grasa sino además a la resistencia a la insulina, un desorden que también es un signo del desarrollo inicial de la diabetes tipo 2 o adquirida.

Más kilos, más riesgos.  Según Caballero, el estudio no indica que los niños con sobrepeso necesariamente desarrollarán diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares, sino que aumenta el riesgo de que las sufran, pero el problema es lo bastante serio como para que se adopte una estrategia de prevención entre los hispanos.

La diabetes no sólo planea sobre la población infantil hispana de América, sino también sobre la de España, y no sólo en el caso de la diabetes tipo 2, que generalmente aparece después de los 30 años de edad, surge de forma lenta, progresiva e insidiosa, y va aumentado con la obesidad  

 La diabetes mellitus tipo 1, que comienza de forma brusca antes de la tercera década de vida o obliga a depender de la insulina, está aumentando de forma significativa en la población infantil, sobre todo entre los niños menores de 5 años.

Según la doctora Isabel González Casado, endocrinóloga pediátrica del Hospital Infantil La Paz, de Madrid, ello «puede obedecer a factores genéticos y ambientales, como la exposición a productos de limpieza, la influencia del medioambiente o la alimentación, pero aún se desconoce la causa exacta. Lo que si se sabe es que se trata de un fenómeno a nivel internacional.

Pese al gran avance en los tratamientos, que no permiten curar la diabetes pero sí controlarla, los especialistas insisten en la necesidad de mejorar la formación de los pediatras para garantizar el diagnóstico precoz, así como de aumentar el cumplimiento de las terapias para evitar las graves complicaciones.

Las claves

1.  Funcionamiento

Los niños obesos muestran cierta resistencia a la insulina, un desorden que hace que la hormona que produce su organismo no funcione adecuadamente y el páncreas trabaje a ritmo forzado.

 2.   Factor clave

El sobrepeso infantil también favorece la inflamación de los vasos sanguíneos, un factor clave en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares y de la diabetes tipo

3.  Incidencia de diabetes en niños

 La diabetes mellitus tipo 1, que comienza de forma brusca antes de la tercera década de vida, está aumentando en la población infantil, sobre todo entre los niños menores de 5 años.

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