Hoy no hay mañana para el PRSC

<P>Hoy no hay mañana para el PRSC</P>

Para el PRSC ya no hay mañana para estar debidamente representado en la boleta que escogerá el próximo gobernante de la nación y  cumplir con sus responsabilidades de contribuir a la implantación de un buen gobierno inspirado en el bien común propio del socialcristianismo, puesto que el plazo para presentar candidatos vence el próximo día 21 y los mismos deben ser elegidos mediante Asamblea de delegados convocada, según la ley, tres días antes, es decir, hoy.

Obviamente para ello el presidente del PRSC, en virtud de sus plenos poderes admitidos por la JCE, debe desandar las andanzas aliancistas que atan al partido al PLD después de no haber bastado los cuestionamientos legales que fueron reprimidos prevaliéndose del poder, ni la resistencia de muchos de sus cuadros  representativos a los que dieron como respuestas insultos y supuestas expulsiones, ni la reducción de sus preferencias electorales al pírrico 2% después de haberse recuperado a cifras de dos dígitos en encuestas levantadas a mediados del pasado año.

A pesar de estos hechos, los arquitectos de la alianza persisten en su impertinencia e inadecuación de apoyar un binomio preñado de riegos e incoherencias  direccionales que impedirá la entronización de un gobierno  capaz de hacer lo que hay que hacer, lo cual está en sintonía con la doctrina y praxis que caracterizaron las gestiones reformistas.

Hasta hoy, los arquitectos de la alianza tienen el tiempo para desandar sus andanzas y proceder a dar cumplimiento a lo dispuesto en el Art. 68 de la ley electoral: “La nominación de los candidatos…. deberá ser hecha por el voto afirmativo de la mayoría de delegados a convenciones regulares y públicamente celebradas  tres (3) días…. después de haber sido convocadas”.

Solo así cumpliría la máxima jerarquía del PRSC con el compromiso asumido con la ciudadanía de presentar candidatos propios – conforme el mandato de su III Congreso y dotada de fuerza resolutoria por organismos sucesivos, a través de palabras empeñadas en discursos y declaraciones, fomento de precandidaturas, campañas publicitarias, etcétera.

Y de rehabilitar al PRSC como opción para enarbolar y catalizar los cambios en la conducción de la cosa pública inspirados en la impronta reformista: disciplina fiscal, distribución equitativa del gasto por concepto, sectores y regiones; uso selectivo del endeudamiento, apoyo a productores para incrementar bienes y generar puestos de trabajo, programas sociales libres de discriminación política, protección del medio ambiente y preservación de nuestra identidad frente a amenazas fronterizas y de ultramar.

De no hacerlo, recae sobre los reformistas la obligación de ingeniarse fórmulas que permitan cumplir con sus responsabilidades con la nación.

 

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