Hoy, un llamado global a la paz

Hoy, un llamado global a la paz

POR HELEN JAQUEZ
El ser humano  está lleno de imperfecciones y, a la  vez es el ente  más perfecto sobre la tierra, pues es Creación Divina. Sus actos pueden estar motivados por el bien o por el mal.

El mal, desafortunadamente, es por el cual se rigen, cada vez con  mayor empuje, las  sociedades del mundo.

Los arranques de culpabilidad en el hombre, a veces, lo hacen  pensar en las consecuencias de sus actos, del futuro de sus hijos y hasta de su vejez. En momentos de razonamiento (quizás de vulnerabilidad), los pensamientos se llenan de recuerdos que atacan al ser con  acciones negativas que en algún momento de su vida realizó. Acciones llenas de violencia, odio y mala voluntad. Por esta razón, un día como hoy, desde hace 26 años, se viene celebrando el “Día Internacional de la Paz”, con el objetivo de apalear la “ola” de acciones violentas que inunda a los seres humanos que habitan la tierra.

¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué la avaricia? ¿Por qué el odio y el rencor? son algunas de las tantas preguntas sin respuestas que, de vez en cuando, se hace el hombre, al tiempo de reflexionar  que las cosas no andan bien.

No hay que cuestionar lo que ocurre, sino poner manos a la obra y trabajar desde nuestro interior para erradicar todo aquello que perturbe el sosiego, la tranquilidad, y finalmente, la paz.

Se busca tanto de la paz, pero sabe ¿Qué es? ¿Para qué la necesita? ¿La ha sentido alguna vez? Por lo regular, se tiene como concepto de paz como un estado de ánimo en el que prima la quietud, la ausencia de disturbios o conflictos, que se necesita para estar bien con nosotros mismos, con los demás, y para los religiosos, con el Creador.

La idea de establecer un día dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación, en cada pueblo y entre ellos, surgió en el 1981, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde se declaró que el 21 de septiembre sería proclamado y observado oficialmente como “Día Internacional de la Paz”.

Se declaró que el “Día Internacional de la Paz se observará en adelante como un día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial, a fin de que todas las naciones y pueblos se sientan motivados para cumplir una cesación de hostilidades durante todo ese día. También, invitó a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, a las organizaciones regionales y no gubernamentales a conmemorar de manera adecuada este día realizando, entre otras cosas, actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública, y a colaborar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial.

Un poco de historia

Todo este llamado a la paz empezó a nacer después de la Primera Guerra Mundial, donde la clase política en general se da cuenta de que las guerras ya no se refieren a simples conflictos locales, sino que tienen una dimensión tal que son capaces de envolver a todo el planeta. Con este propósito se crea la Sociedad de Naciones, impulsada por el presidente norteamericano Woodrow Wilson, una organización supranacional encargada de velar por la paz mundial y el cumplimiento de la legalidad internacional.

Sin embargo, esta sociedad fracasó, dado entre otras cosas el control absoluto que los vencedores de la Primera Guerra Mundial tenían de la misma (en contraste con los perdedores, con lo cual la Sociedad de Naciones parecía tener un ánimo de revanchismo), y sobre todo, al escaso apoyo que muchos países proporcionaron a la misma, sin hacer el menor caso de sus resoluciones.

 Por ello, que después de la Segunda Guerra Mundial, se impulsó la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el mismo propósito. La ONU ha sido aceptada por la mayoría de los países como un foro en el cual debatir la situación mundial y un organismo apto para la mediación en los conflictos.

Sin embargo, hoy en día la ONU sigue siendo ignorada por buena parte de las potencias mundiales en absolutos referidos a la paz y la guerra (incluyendo alguna de sus naciones propulsoras, como Estados Unidos).

Vamos a procurar que todos los días sean días de paz, en el que reine el amor al prójimo y la ayuda desinteresada. Hay que procurar que los “monstruos” internos no se apoderen de nuestro ser, convirtiéndolo en algo marchito y vacío.

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