La gran cantidad de hoyos en la avenida Hermanas Mirabal, donde inicia el elevado del Metro, en Villa Mella, el crecimiento del número de vendedores ambulantes, así como el desorden en el estacionamiento de carros y minibuses en el área de la parada Mamá Tingó muestran la arrabalización a que ha sido sometido ese entorno.
Desde el inicio de las operaciones del Metro de Santo Domingo los hoyos cerca de la rotonda, frente al sector Marañón II, a menos de 100 metros de la parada Mamá Tingó, se han convertido en un dolor de cabeza para los moradores de la zona, pero el tramo no ha sido tomado en cuenta por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET).
Cada día ese tramo se deteriora y cuando llueve los vehículos se atascan o se apagan, debido a las profundidades de los hoyos, lo que provoca maldiciones de todo tipo por parte de los conductores obligados a transitar por el lugar.
A pesar de las protestas de los conductores y de miles de personas que salen diariamente a trabajar, las autoridades no han hecho caso, por lo que muchos creen que la apatía disminuirá considerablemente el caudal de votos a los candidatos oficialistas en las próximas elecciones.
El compromiso que hizo la OPRET cuando se construía el Metro, de ampliar y asfaltar todas las calles del área de influencia de este medio de transporte masivo, no ha sido cumplido y cada día el transporte de pasajeros se torna más caótico, sobre todo para quienes habitan en el corazón de Villa Mella, La Victoria, Aras Nacionales, San Felipe, Punta, así como quienes van y vienen de la provincia Monte Plata.
Ramón Pérez, a pesar de tener una camioneta de doble cabina, lo piensa dos veces antes de decidirse llegar por lo menos hasta la avenida Jacobo Majluta, debido a que desde las 6:00 de la mañana lo que se forma en la zona es un pandemónium.
Féliz Morales, quien vive del transporte de pasajeros en un carro público, dice que muchas veces no consigue siquiera para comer en su casa, porque lo poco que obtiene del servicio que ofrece lo gasta en combustible o en piezas que se rompen en los hoyos por el mal estado de vía.
Manuel de los Santos, de la ruta 84, cuando llega a su casa no tiene ánimo siquiera para bañarse por la tensión y los movimientos por las calles en mal estado.
Ocupan a Tingó
Los alrededores de la parada Mamá Tingó se han convertido en lugares predilectos para vendedores de todo tipo de productos, desde ajo y cebolla para condimentar la comida, hasta accesorios para teléfonos celulares. Es un verdadero mercado improvisado y sin ningún control, que prácticamente ha arrabalizado el entorno de la parada de mayor flujo de pasajeros del Metro. En esta zona, quienes se desmontan del Metro encuentran jugos de diferentes frutas y víveres, como yuca, guineo, plátano. También con tomates, lechuga, repollo y otros productos para la ensalada y, además, con uva y manzana. A unos cuantos pasitos hasta se puede encontrar con una tostada (un pan relleno de huevo).