BEIJING. AP.  Una semana antes de iniciarse las Olimpíadas de Beijing, el presidente de China Hu Jintao advirtió que el éxito de los juegos dependerá del calibre de las competencias y del fortalecimiento de la amistad entre las naciones, no de disputas políticas. Y también se negó a responder una pregunta de un reportero alemán sobre la situación de los derechos humanos en su país.

En una entrevista desusada con los medios de prensa, Hu dijo que la realización de los Juegos Olímpicos en esta capital trata de subrayar el deseo de China por una interacción pacífica, amistosa, con el resto del mundo.

Aunque Hu no mencionó de manera directa las controversias causadas por la situación de los derechos humanos en China o las restricciones impuestas a la prensa, censuró a quienes intentan plantear tópicos políticos en el curso de los juegos, y advirtió a los reporteros que deben informar con imparcialidad.

«Creemos que (inyectar) la política en las Olimpíadas no favorece la solución de esos temas, y también viola el espíritu» de los juegos, dijo Hu.

Luego señaló, «esperamos que los reporteros extranjeros, mientras permanezcan en China, respeten nuestras leyes y normas, informen de manera objetiva y ayuden a la comunicación y a la comprensión entre China y los pueblos del mundo».

Ese intercambio fue una de las pocas notas discordantes en un encuentro cuidadosamente controlado. Los reporteros, de alrededor de dos docenas de países, se vieron obligados.