Hubo buenos y malos negocios en GL

Hubo buenos y malos negocios en GL

NUEVA YORK.  ¿Cuál es el propósito de la fecha límite para cambios en las Grandes Ligas? La respuesta es muy simple. Para los equipos metidos en la pelea por la clasificación a los playoffs es la oportunidad de hacer ajustes con miras a los dos últimos meses de la campaña.

Entonces, vale preguntarle al gerente general de los Medias Blancas de Chicago por qué hay que aplaudirle al adquirir a Jake Peavey, un pitcher lesionado que en el mejor de los casos recién podría reaparecer a principios de septiembre.

El traspaso de Peavey de los Padres a Chicago, luego que el as había vetado en mayo una anterior negociación, marcó la nota al vencer el plazo para los canjes sin restricciones en las Grandes Ligas.

Fue más que nada un periodo inflado por la exagerada expectativa sobre si los Azulejos de Toronto se iban a desprender de Roy Halladay, además del estéril debate sobre si los equipos deben aferrarse a los prospectos que tienen.

Toronto puso una etiqueta muy cara para los interesados en obtener los servicios de Halladay, señalado como el mejor serpentinero de la Liga Americana. Cara en cuanto a los prospectos, pero en el fondo el asunto fue tallado por la economía en tiempos de crisis. No importa que sea un club con los recursos financieros para pagar, como los Filis de Filadelfia o los Medias Rojas de Boston.Los equipos se han dado cuenta que retener a sus prospectos les permite ahorrar dinero bajo la premisa de que la nómina se dispare con un exagerado número de jugadores que devengan más de 10 millones.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas