POR MARIEN A. CAPITAN
Los ochocientos treintidós estudiantes matriculados en la Escuela Básica La Ciénaga aún no han podido comenzar a tomar los exámenes cuatrimestrales porque las maestras del plantel iniciaron un paro de labores hace cuatro días, en reclamo de que las autoridades nombren a la subdirectora y a dos maestras de la tanda vespertina.

Aunque muchos de los estudiantes están asistiendo al plantel, ubicado a la altura del kilómetro 14 de la Autopista Duarte, las maestras sólo los mantienen tranquilos en las aulas: ni dan un tizazo en la pizarra ni les ponen ningún deber. Su función, hasta que el asunto se aclare, es evitar que a los muchachos les suceda algo en el patio.

Así lo aseguró ayer la profesora Elena Reyes Salas, quien explicó que el origen del problema se remonta al momento en el que el director del centro escolar, Honorio Mateo, se enfermó y tuvo que dejar de trabajar. Cuando eso sucedió, todas las docentes pensaron que sería a Reyes Salas a quien nombrarían como directora en funciones.

Con once años laborando en esa escuela y el apoyo de las demás maestras, Reyes Salas manifiesta que para ella no supuso ningún problema cuando las autoridades le propusieron que en lugar de directora la nombrarían como subdirectora. Como director pusieron a Demetrio Corporán.

El inconveniente ha surgido porque, a pesar de las promesas, a Reyes Salas aún se le paga como maestra. En consecuencia, las autoridades tampoco han cumplido con el nombramiento de las maestras que se encargaron de las responsabilidades docentes de Reyes Salas: Alba Luz Caraballo y Anagilda Gutiérrez.

Otro ingrediente extra que se suma al conflicto que existe entre el director del plantel y la subdirectora tiene matices políticos puesto que dirigentes del partido oficial ahora aparecen por la escuela para hacer vida partidaria y coordinar sus decisiones en la oficina de Corporán. Cuando esto sucede Reyes Salas es obligada a salir de la dirección, donde tiene su escritorio.

Lo paradójico, según indica Reyes Salas, es que no es Corporán quien la obliga a salir del despacho sino Ernesto Rodríguez, un señor que nada tiene que ver con la escuela pero está tomando la voz cantante en el conflicto. Para tener poder de decisión, Rodríguez se hace llamar asesor del plantel.

Para complicar aún más la situación, el director del distrito 01-15, Félix Guerrero, se niega a hablar con las maestras bajo el alegato de que él no conversa con el personal que se encuentra en paro.

Respecto a la sociedad de padres, Reyes Salas dijo que primero la apoyaban a ella pero finalmente decidieron apoyar a Corporán porque es un vecino de La Ciénaga mientras que ella no. «Yo vengo de lejos, vivo en Los Alcarrizos. No es lo mismo, él está ahí mismo», adujo Reyes Salas.

Mientras el hacha va y viene, Reyes Salas y las demás maestras temen que Rodríguez cumpla su amenaza de tomar la escuela por la fuerza la semana que viene. También lamentan que las autoridades de Educación no estén respondiendo a un reclamo que es justo: pagarles por el trabajo que están haciendo.

Por otro lado, Corporán sostuvo que está en la mejor disposición de resolver el problema de manera que los alumnos no continúen perdiendo el tiempo. Aseverando que es injusto lo que sucede, Corporán dijo que el problema no es que no se le esté pagando a las maestras, sino falta complementar sus salarios.

En cuanto al asunto de los nombramientos, Corporán argumentó que esos trámites llevan tiempo y escapan de sus manos. «Eso no corre por la cuenta del director, eso es parte de la burocracia del sistema que algún día se tendrá que corregir», apuntó.