Desde el principio se supo, porque lo tenía pintado en la cara, que el doctor Waldo Ariel Suero llegó a la presidencia del CMD a luchar, como solo él sabe hacerlo, por una sustancial mejoría de las condiciones en que trabajan los médicos y el resto del personal de salud, a lo que evidentemente tienen todo el derecho del mundo, siempre y cuando –no me cansaré de repetirlo— no sacrifiquen, en la persecución de esos legítimos objetivos, a los infelices que acuden a los atestados hospitales públicos buscando alivio a sus quebrantos de salud. Lamentablemente, estoy pidiendo demasiado. Porque ya el doctor Ariel Suero y los gremios del sector convocaron para el día de hoy un paro de 24 horas en los hospitales públicos y del IDSS de la región Norte, y mañana tienen previsto paralizar los de la región Sur, en demanda de un aumento salarial, la mejoría de las condiciones de los hospitales y que se invierta el 5% del PIB en salud, entre otras reivindicaciones. Y aunque no sea la intención del presidente del CMD y los gremios que lo acompañan en esos paros, absolutamente inoportunos, lo cierto es que están boicoteando los esfuerzos de las autoridades por minimizar el impacto en la población del zika-virus, cuya presencia en el país ya fue confirmada, en lugar de arrimar el hombro, como demandan las circunstancias, a esos esfuerzos. De nada valieron las exhortaciones de que desistan de paralizar los hospitales públicos justo cuando el país se encuentra en medio de una emergencia sanitaria, ni la propuesta de las autoridades de sentarse a discutir sus demandas. Definitivamente, la insensatez sigue siendo la principal bandera de lucha de algunos dirigentes gremiales.