Todos con rostros sonrojados, peinados nítidos, sonrisas blancas y cutis inmaculados, esperaban a la ficha que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) creía suya.
Hoy tocaba al Partido Revolucionario Moderno (PRM) ser beneficiario del «abandono repentino» de su partido (el PRD), su equipo político y la militancia que seguía a Hugo Beras, quien aspiraba a la alcaldía por el Distrito Nacional, una de las plazas políticas más importantes del país.
Desde temprano, el salón se llenaba de dirigentes del PRM visiblemente regocijados. La noticia que daría era ya un secreto a voces confirmado por el letrero gigantesco que había sido colocado detrás de la mesa de honor, en el cual se exhibía a ambos bajo los símbolos del PRM.
Estaban presentes el presidente del PRM y senador, José Ignacio Paliza, los dirigentes Geanilda Vásquez y Franklin García Fermín, entre otros. Por el Partido Revolucionario Social Demócrata, Luís Miguel Decamps, hijo del extinto líder político Hatuey Decamps Jiménez.
A la entrada, los colaboradores de ambos luchaban por hacer espacio para que sus camarógrafos pudieran grabar un video para un anuncio.
Tras varios minutos de espera, los «fotogénicos» candidatos se aparecieron repartiendo saludos y abrazos, tal como se requería para la grabación. Subieron a la plataforma y saludaron a la audiencia con sus resplandecientes sonrisas. Un abrazo descubrió la delgada cintura de Carolina y la emoción despertada en el público parecía motivado por la ternura de la imagen, más que por su significado político.
Fue el turno central de Hugo Beras. Dijo que ha «aprendido el valor de vivir con propósito, el placer de hacer el bien, que se subestima nuestra generación,” y un largo etcétera. Sobre las razones de su cambio de «bando», afirmó que “entendió que no era su momento y podía cumplir sus sueños sin ser el protagonista”. “Su decisión demostraba que su candidatura no obedecía a ambiciones personales, sino por el deseo de que la ciudad siga creciendo.”
Las críticas del pasado a la gestión de Collado, hoy se convirtieron en elogios y disposición de ser parte de ese buen camino. Aseguraba que “entre un Santo Domingo que siga por buen camino o ser parte de una coalición que lo llevará a una época que todos recordamos y de la que no nos sentimos orgullosos, elegía lo primero”.
Mientras Hugo pronunciaba su discurso, se produjeron varias interrupciones de su voz por la mucosidad ocasionada por un proceso gripal que bien podían confundirse con sollozos, fruto de la conmoción; pero su discurso seguía. Llamó a la gente a votar por Carolina y terminó con el chiste de que en la avenida Winston Chirchill, donde se ubicaba el hotel en que estábamos, ellos resolverían el problema del tapón.
La intervención de Carolina fue más coreográfica. Llamó a sus dos hijos y a su esposo al frente, formó con ellos una fila mirando al público y dio la bienvenida a Hugo Beras a su familia y a la del PRM.
Llegó el final con muchas preguntas en las mentes de los periodistas, pero el maestro de ceremonia anunció en el pódium que el acto se había terminado. Sonrientes, pero sigilosos y ágiles, salieron en una línea hacia la puerta hasta que desaparecieron de la vista.
Tras un acto de aproximadamente 15 minutos, Hugo Beras dio fin a una carrera política en el PRD de varios años, 2 de ellos como candidato a dirigir la capital del país.
Tras haber abandonado la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde devengaba 175,000 pesos mensuales, para dedicarse a su campaña política, hoy Hubo Beras volvió a pisar tierra firme al unirse a una de las candidaturas del principal partido opositor a la alcaldía del Distrito Nacional.