Hulda & Gustavo, dos novísimos emergentes

Hulda & Gustavo, dos novísimos emergentes

Tal como ya hemos señalado: desde hace más de una década, Lyle O. Reitzel viene representando digna y exitosamente el arte contemporáneo dominicano y caribeño en los más importantes  eventos internacionales y ferias de arte en ciudades como Madrid, Caracas, Lima, Miami, México, Nueva York, Milán, Buenos Aires o San Juan, Puerto Rico.

 En el inmenso mar de los más exitosos galeristas y promotores del arte latinoamericano contemporáneo, el dominicano, cuya galería tiene sedes en Santo Domingo y Miami, ha logrado ubicarse en un lugar  definitivamente preferencial, compartiendo muchas veces los pasillos centrales de las ferias con prestigiosas galerías, tales como Mary-Anne Martin y Ramis Barquet, Nueva York; Ruth Benzacar, Buenos Aires; Thomas Cohn, Sao Paolo; Panamerican Art Projects, Ramón Cernuda,  Durban Segnini, Diana Lowenstein, Miami y León Tovar, Nueva York.

Lyle O. Reitzel se sostiene en su experiencia y exigentes criterios  al proceder a la selección de artistas y obras, pero se apoya todavía más en la sistematicidad a la hora de la organización de las exposiciones individuales y colectivas en su galería.  Esta forma de actuar le aporta méritos suficientes para establecerse en el variable mercado del arte internacional, especialmente el  de la ciudad de Miami, uno de los de mayor exigencia y crecimiento en la actualidad globalizante.

Así, reafirmándose como espacio abierto a las nuevas tendencias y en su compromiso permanente de apoyo a los más talentosos artistas emergentes nacionales e internacionales, Lyle o Reitzel ha presentado recientemente su penúltimo descubrimiento. Se trata de los novísimos Hulda Guzmán y Gustavo Peña, quienes, durante los meses de julio y agosto presentaron su primera exposición bi-personal titulada: “Urgente: arte emergente: Hulda & Gustavo”, compuesta por un excelente cuerpo de trabajos que nos deja ver su profunda compenetración existencial con los elementos fundamentales del hecho plástico, la lucidez de su poética, los depurados niveles de elaboración y la vitalidad de sus respectivas propuestas simbólicas.

Hulda & Gustavo, que comparten vida, pasiones y el ardiente ejercicio de la imaginación, son egresados con honores de la Escuela de Diseño Altos de Chavón. Por sus demostrado talento, creatividad y profundidad de convicciones, obtuvieron becas de la Parsons School of Desing de New York. Asimismo, ambos son egresados con un master en pintura y fotografía avanzada de La Escuela Nacional de Artes Plásticas de México, D.F.

En la muestra de Lyle O. Reitzel, ubicada en el primer nivel de la Torre Piantini: Gustavo Mejia Ricart esquina avenida  Abraham Lincoln, cada uno con su propia personalidad y lenguaje particular, presentaron 18 obras inéditas, elaboradas en acrílico, óleo sobre madera, así como otros materiales y  medios experimentales.

Según las palabras del creativo Ángel Leonardo, “Hulda trabaja con recuerdos que son retazos de su memoria, y los hilvana con el azar, el capricho y la intuición. Ahíta de nostalgia, idealiza lo dominicano, viendo el lado amable de la dejadez tropical, acogiendo los placeres del tercer mundo.

Su obra descubre un mundo íntimo y surreal, una burbuja tornasol en la que aparecen experiencias, lugares, familiares, amigos, su perro y ella misma. Ambientes luminosos y fantásticos, de colores bonachones y sonrientes, de texturas y patrones que te saludan con un gesto o te hacen un guiño”.

Y en referencia a Gustavo Peña, sostiene que “En un laboratorio digital sus fotos se construyen y deconstruyen para revelarse en pinturas de majestuosidad cotidiana. Personajes comunes y corrientes llevados a calidad de héroes, protagonistas de historias conceptuales que expresan su preocupación por el entorno, por la sociedad y por el ser.

En el trabajo de Gustavo, la técnica y el estilo son instrumentos, recursos que utiliza en función de lo que quiere comunicar. Estos serán tan sencillos o complejos, expresivos o académicos, como la emoción que se proponga expresar.

La obra de Gustavo logra, sin ser panfletaria, llamar la atención hacia situaciones que por comunes parecen normales, un proceso que concluye como una reflexión conjunta, artista – espectador, que revela un futuro poco alentador y sugiere una revisión de los valores y antivalores de la sociedad contemporánea”.

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