Humanidad, huracanes y cambio climático

Humanidad, huracanes y cambio climático

Hace cerca de 20 años vi un documental donde se hacía una proyección de lo que ocurriría en el planeta de continuar el uso de los combustibles fósiles, los principales causantes del calentamiento global y el cambio climático.
El impresionante documental presentaba en sus imágenes que la vida en el mar se haría tan difícil, que los peces iban a evolucionar y a desarrollar habilidades para trasladarse a vivir en la tierra.
De acuerdo con los datos proyectados, los huracanes serían cada vez más intensos, más frecuentes y devastadores al extremo de que la geografía sería modificada y algunos lugares abandonados porque simplemente se harían inhabitables.
Con el paso del poderoso y devastador huracán Irma y sus secuelas en todo el Atlántico, vino a mi mente ese documental y por las imágenes que manejamos, solo en este año, vemos el inicio de lo que se había vaticinado.
El inventario es mucho y se tardará bastante tiempo para tener un cálculo real de los efectos en las estructuras, la agricultura, en fin a la vida, porque reponerse de los daños económicos durará un buen tiempo, por lo que la vida de millones de personas ha sido afectada en todos los órdenes.
Por suerte, los dominicanos vimos desde las “gradas” el trayecto del monstruoso fenómeno, donde los daños fueron muy pocos si nos comparamos con las otras islas del Caribe, incluyendo la más grande, Cuba, que sufrió las tres categorías de Irma: entró con categoría 5, se mantuvo en 4 y salió con 3, en casi tres días de pesadillas que dejó un saldo de diez muertos.
Tras salir de Cuba, pasar frente a las Bahamas y tomar fuerza para entrar a la península de la Florida, donde la cubrió toda, dejó imágenes asombrosas del alejamiento del mar hasta más de cien metros de la playa, dejando fuera del agua a manatíes y otras vidas marinas.
La palabra huracán se le atribuye a los Tainos, lo que significa que siempre han existido en la zona; de lo que no tenemos noticia es de otro tan intenso como el que acabamos de ver, sin contar los daños de Harvey en el Estado de Texas, apenas una semana antes.
En menos de un mes, cuatro huracanes fuertes y sus incalculables daños. Es para pensar en muchas cosas: la vulnerabilidad de las viviendas deben llevar a repensar en la calidad y resistencia de los materiales de construcción; si seres humanos deben seguir habitando las pequeñas islas del Caribe; y un plan de contingencia regional para socorrer de inmediato a las personas.
San Martin, donde residen unas 75 mil personas, muchas de ellas dominicanas, simplemente quedó destrozada.
Según informes llegados desde allí, los muertos son muchos más que los reseñados en la prensa. Alimento tan vital como el agua escaseó desde el domingo y la gente se peleaba por una botella de agua.
Los que sobrevivimos a este huracán debemos ser más que solidarios con esos vecinos, incluyendo a Cuba, con quien tenemos una deuda histórica de solidaridad.

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