Humilde vendedora será la primera dama de Bolivia

Humilde vendedora será la primera dama de Bolivia

La Paz (EFE).- La vendedora de comestibles Esther Morales Aima, casada y madre de tres hijos, será la primera dama de Bolivia tras una vida de penurias durante la que perdió varios hijos y se hizo cargo de sus hermanos a la muerte de su madre.

Esther nunca imaginó que su vida virara hacia un destino como el que le depara a partir del domingo, cuando se coloque en un foco de atención mundial al lado de su hermano menor, Evo.

Evo Morales se convertirá mañana en el primer presidente indio de Bolivia y también en el mandatario más popular de la historia democrática de este país.

Sencilla como el mismo pueblo boliviano y con los rasgos que marcan una vida de duro trabajo en los Andes, Esther nació hace 54 años en Sur Carangas, en el departamento andino de Oruro, de gran actividad minera.

Su infancia transcurrió, al igual que la de su hermano Evo, como pastora de llamas y agricultora, y después se trasladó a la ciudad de Oruro, donde actualmente vende comestibles en una pequeña tienda ubicada en su mismo domicilio.

La nueva primera dama, que contrasta radicalmente con las bolivianas que han ocupado el cargo durante los 23 años de democracia, todas de tez blanca y clase alta, insiste en que, pese a su nueva responsabilidad, mantendrá su negocio, porque debe asegurar el futuro de sus hijos, en edad de estudiar.

Casada con Ponciano Willcarani, el matrimonio tiene tres hijos: Ademar, de 25 años; Marcelo de 23 y Roger de 13, aunque a lo largo de su vida murieron otros tantos.

Un destino al que están abocadas la mayoría de las mujeres bolivianas andinas, como su propia madre, María Aima Mamami, quien de siete hijos sólo sobrevivieron tres: Esther, Evo y Hugo, éste último el benjamín de la familia Morales.

Precisamente la madre de Evo y Esther falleció cuando intentaba dar a luz un hijo.

Esther Morales de Willcarini comentó días atrás que asumiría el cargo de primera dama si su hermano Evo, un soltero con dos hijos de madres distintas, se lo pedía, tras semanas de especulaciones en Bolivia sobre si el país tendría o no este cargo simbólico.

En medio de los rumores, que se tradujeron en bromas el pasado 28 de diciembre cuando se anunció en los medios la boda de Morales, éste intervino en la polémica y dijo que “la primera dama en Bolivia es Bolivia”, en respuesta a las insistentes preguntas.

Despejadas las dudas, Esther llevó hoy a cabo su primera tarea como primera dama, aunque también como hermana mayor, al ser la encargada de vestir a Evo Morales para la ceremonia en la que fue investido como el máximo dirigente de los pueblos indígenas en el santuario de Tiahuanaco.

El presidente electo vistió un poncho rojo con gorro de cuatro puntas, típico aimara, y Esther apareció a su lado durante una parte del ritual, con plante de respetable señora que ahora sólo pide a su hermano que gobierne con dignidad y para los pobres.

Mañana, cuando Morales asuma oficialmente su cargo de presidente en el Congreso de la Nación, ella será la responsable de atender a las primeras damas de otros países que acudirán a la ceremonia, entre ellas la peruana Eliane Karp y la ecuatoriana María Beatriz Paret, sin duda más sofisticadas que la anfitriona.

Una vez eche a andar el Gobierno de Morales, según los medios bolivianos, Esther pondría en marcha una asociación para ayudar a los más necesitados de Bolivia, el país más pobre de Sudamérica. EFE 

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