A casi una semana del ingreso del potente huracán Eta a las costas de América Central, las autoridades de la región tratan de dar respuestas a los centenares de miles de damnificados mientras seguían buscando a posibles sobrevivientes atrapados por aludes o incomunicados por desbordamientos de ríos en zonas remotas.
Hasta ayer, se reportaban preliminarmente algo más de un centenar de muertos (principalmente en Honduras, Guatemala y Panamá) y un número mayor de desaparecidos o personas que no habían sido localizadas o quedaron incomunicadas a causa del meteoro, que también dejó a su paso una vasta destrucción de viviendas, plantaciones agrícolas y vías terrestres.
Eta, que el jueves siguió como tormenta tropical a Cuba y luego enfiló el fin de semana hacia el estrecho de la Florida, hizo recordar en Centroamérica el paso hace 22 años del potente y destructivo huracán Mitch, que ocasionó decenas de miles de muertos y pérdidas multimillonarias en la zona.
Aunque Eta fue de lejos menos mortífero, sus vientos y copiosas lluvias la semana pasada desbordaron ríos y ocasionaron aludes en buena parte de la región. Además la dejaron aún más vulnerable ante próximas lluvias y otros posibles eventos meteorológicos de la temporada.
Uno de los dramas más fuertes se vivía en Guatemala, donde Eta había causado hasta ayer 33 muertos y se realizaba la tarea de encontrar a más sobrevivientes de un desprendimiento de toneladas de tierra y escombros en la remota comunidad de Queja, en las montañas centrales de ese país