El huracán Fiona tocó tierra el domingo en la costa suroccidental de Puerto Rico tras provocar un apagón en toda la isla, amenazando con generar niveles “históricos” de lluvia.
Los meteorólogos dijeron que se prevé que las precipitaciones provoquen aludes de tierra y grandes inundaciones. En algunos lugares podrían caer hasta 64 centímetros (25 pulgadas) de agua.
“Esto es para tomar acción y preocuparse”, dijo Nino Correa, comisionado de gestión de emergencias de Puerto Rico.
Fiona tocó tierra a unos 25 kilómetros (15 millas) al sur-sureste de la ciudad occidental de Mayagüez con vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora (85 millas por hora), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
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Las nubes del meteoro cubrían toda la isla y los vientos con fuerza de tormenta tropical se extendían hasta a 220 kilómetros (140 millas) del vórtice de Fiona.
El presidente estadounidense Joe Biden declaró un estado de emergencia en Puerto Rico a medida que el ojo de la tormenta se acercaba al extremo suroccidental de la isla.
Luma, la compañía eléctrica de este territorio estadounidense, dijo que el mal clima —que incluía vientos de 128 km/h (80 mph)— había malogrado las líneas de transmisión y que ello provocó “un apagón en toda la isla”.
“Las condiciones del tiempo actuales son extremadamente peligrosas y están dificultando nuestra capacidad de evaluar la situación por completo”, dijo la entidad, añadiendo que tomará varios días restaurar la electricidad completamente.
Los centros de salud estaban operando con generadores, y algunos de ellos se habían descompuesto. El secretario de Salud, Carlos Mellado, indicó que las cuadrillas de servicio trabajan para reparar los generadores en un centro para pacientes de cáncer.
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Fiona arribó apenas dos días antes del aniversario del huracán María, una letal tormenta de categoría 4 que golpeó la isla el 20 de septiembre de 2017, destruyendo su infraestructura eléctrica y dejando unos 3.000 muertos.
Más de 3.000 viviendas aún tienen sólo una lona como techo y la infraestructura sigue siendo débil.
“Yo creo que todos los puertorriqueños que vivimos María tenemos ese estrés postraumático de qué va a pasar, cuánto va a durar y qué necesidades podríamos pasar”, dijo Danny Hernández, que trabaja en la capital, San Juan, pero tenía previsto pasar la tormenta con sus padres y su familia en Mayagüez.
El ambiente era sombrío en el supermercado donde él y otras personas se aseguraban de tener todo lo necesario antes de que llegara la tormenta, según señaló.
“Cuando María, todos experimentamos hasta cierto punto escasez”, recordó.
Se pronostica que el huracán azote ciudades y pueblos a lo largo de la costa sur de Puerto Rico que aún no se han recuperado completamente de una serie de fuertes terremotos que comenzaron a fines de 2019.
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Las autoridades reportaron el cierre de varias carreteras en la isla, ya que árboles caídos y pequeños deslaves impedían el acceso.
Más de 640 personas con unas 70 mascotas habían acudido a albergues en toda la isla para el sábado en la noche, la mayoría en la costa sur.