Huracán Irma se inició en océano Pacífico hace ya seis meses

Huracán Irma se inició en  océano Pacífico hace  ya  seis  meses

Irma dejó una senda de destrucción a su paso por el Caribe y se dirige hacia Florida, pero la primera semilla de su magnitud y su fuerza monstruosas fue plantada en el otro extremo del mundo hace más de seis meses.
Sucedió de manera bastante inocente, cuando el fenómeno conocido como El Niño se formó anticipadamente y no se materializó en el océano Pacífico. Con el tiempo, esto dio paso a que se creara un huracán en el Atlántico que creció hasta el tamaño del Estado de Nueva York con vientos que superan los 297 kilómetros por hora.

“Las probabilidades de tener un Irma en un año de El Niño son realmente bajas”, dijo Phil Klotzbach, autor principal del pronóstico estacional de huracanes de la Colorado State University.

Fueron pescadores peruanos en el siglo XVII los que dieron su nombre, Niño o Niño Jesús, a este fenómeno meteorológico recurrente, al observar algunos años el calentamiento del Pacífico tropical en la época de Navidad.

El Niño se produce cuando el Pacífico se calienta y conmociona la atmósfera, activando una reacción en cadena que provoca cizalladura del viento en el Atlántico. La cizalladura es el viento que sopla en diferentes direcciones o velocidades a distintas altitudes, y puede ser vulnerable a los huracanes.

Pese a los fuertes que son, los ciclones tienen estructuras delicadas. La cizalladura del viento puede desgarrarlos. Una tormenta incipiente no puede comenzar y una tormenta establecida no puede adquirir fuerza.

Bestias como Irma pueden formarse a partir de una de las ondas tropicales que se desprenden de la costa de África. Estos puntos de baja presión, en algunos casos apenas una colección irregular de tormentas eléctricas, comienzan a alejarse del continente a fines de la primavera. Por esa razón la temporada de los huracanes en el Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre.

Las ondas son los «vástagos», dijo Rick Knabb, experto en huracanes en el Weather Channel de Atlanta y director hasta el año pasado del Centro Nacional de Huracanes en Miami. “Los huracanes no surgen de la nada”.
Impulso atmosférico. Los huracanes necesitan agua cálida como «combustible» y este verano la obtuvo. El agua en el Atlántico tropical, desde las Islas Leeward hasta Cabo Verde, está un grado centígrado por encima de lo normal en la zona donde está rondando Irma, dijo Klotzbach.

Irma también recibió un impulso de una atmósfera húmeda profunda. A comienzos del verano en el Hemisferio Norte, el aire seco generalmente sopla desde el Desierto del Sahara en África, transportando en algunos casos polvo que puede verse desde el espacio creando una cubierta nebulosa en el cielo de Miami. Éste queda envuelto en tormentas, quitándoles fuerza.

“Alrededor del 20 de agosto, el polvo tiende a bajar”, dijo Klotzbach. Y entonces comienza la temporada de los huracanes, que se desarrolla hasta su máximo estadístico el 10 de septiembre, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Todos los ingredientes se combinaron para generar una de las tormentas más fuertes que han surgido en el Océano Atlántico y la más poderosa que se ha formado frente al Caribe y el Golfo de México.

Para quienes llevan el cálculo, empero, Irma todavía no puede considerarse la más intensa en la historia registrada en el Atlántico, ese «honor» lo detenta Allen de 1980, que acumuló vientos de 305.7 kilómetros por hora.

Pero la temporada aún no ha terminado. Normalmente la décimo primera tormenta con nombre no se presenta hasta el 23 de noviembre, según el centro de huracanes. Irma es la número nueve, y la 10 y 11, José y Katia, ya están aquí.
La tormenta tropical ‘José’ cobró fuerza y se convirtió en huracán el miércoles en su camino al Caribe; según la Conagua el fenómeno es Categoría 1; mientras en el suroeste del Golfo de México se formó el huracán ‘Katia’, dijo una autoridad meteorológica de Estados Unidos.

‘José’ podría transformarse en un huracán Categoría 3 para el viernes, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, que añadió que actualmente no representaba un riesgo para algún territorio.

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