NUEVA ORLEANS, EEUU,  (AFP) – Si uno pasea por el sector turístico de Nueva Orleans es difícil imaginarse la destrucción provocada por el huracán Katrina hace dos años, pero a 15 minutos de allí la mitad de las casas están abandonadas o tuvieron que ser demolidas, y miles de familias siguen viviendo en construcciones de emergencia proporcionadas por el gobierno.

 El barrio francés, sitio histórico y turístico de Nueva Orleans, fue el menos afectado por la inundación debido a que era la zona más alta. Sus calles están animadas, hay jazz por todas partes, los bares están llenos y los turistas pasean en carruajes abiertos tirados por caballos.  Pero a menos de 15 minutos de allí se siguen viviendo los efectos del desastre que comenzó el 29 de agosto de 2005.

 Muchos techos dañados están cubiertos con lonas azules, mientras que más de 40.000 familias de Louisiana siguen viviendo en el lugar en construcciones prefabricadas proporcionadas por el gobierno.

 Mientras, las escuelas siguen funcionando en forma limitada y en los hospitales falta personal.

 Al mismo tiempo, la criminalidad explotó: hay 30% más de delitos –incluyendo agresiones– que antes del Katrina, y Nueva Orleans se está transformando en la ciudad más peligrosa de Estados Unidos.

 Muchos habitantes pasan varias horas por día haciendo trámites en distintas oficinas y compañías de seguros para tratar de obtener el dinero para arreglar o reconstruir sus casas.

 «Estar aquí es muy deprimente», cuenta Fred Valdez, de 38 años, que llegó a Nueva Orleans hace cinco meses para trabajar pero está pensando irse antes de que venza su contrato, en diciembre.

 «Uno espera encontrarse con este tipo de situación justo después de un gran ciclón, pero no dos años después», agrega.

 Para Valdez, los habitantes de Nueva Orleans sufrieron daños psicológicos a la par de los que sufrió la ciudad.  «Pienso que Katrina los traumatizó, los destruyó emocionalmente, y que muchos de ellos ni siquiera son conscientes de ello», explica.

 La frecuencia de enfermedades mentales se duplicó en las poblaciones del Golfo de México afectadas por Katrina, según un estudio reciente del gobierno estadounidense.  Gran cantidad de personas tiene tendencias suicidas.