HOUSTON, (AFP) – La costa de Texas (suroeste) se preparaba este miércoles para lo peor mientras el huracán Rita se acerca a la región con su máximo potencial destructivo que ha paralizado el 70% de la producción petrolera del Golfo y ha provocado la huida de miles de personas al interior.

Rita, la segunda monstruosa tormenta que amenaza al país en poco más de tres semanas tenía vientos de 265 km/h y era un huracán con potencial catastrófico categoría 5 en la escala Saffir-Simpson de intensidad, la máxima posible.

Sin embargo, el Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, indicó el miércoles por la tarde que podía debilitarse un poco antes de llegar a tierra entre el viernes y el sábado, aunque seguiría siendo un ciclón mayor, por lo menos categoría 3.

Miles de residentes de la ciudad costera de Galveston, en la costa del Golfo de México y cerca de donde se espera que Rita entre a tierra, huían de la isla costera en dirección a Houston (65 km al noroeste) y a otras ciudades del interior.

En 1900 Galveston, ahora de 57.000 habitantes, fue escenario del huracán más mortífero de la historia del país, que dejó por lo menos 8.000 muertos. A las 21H00 GMT Rita estaba a 960 km al este-sureste de Galveston y moviéndose hacia el oeste.

El presidente estadounidense George W. Bush instó a los pobladores de la costas del Golfo seguir las órdenes de evacuación emitidas por las autoridades locales, incluso a la gente de Nueva Orleans, ciudad aún amenazada por los efectos del ciclón.

Las autoridades federales estadounidenses, fuertemente criticadas por su lenta respuesta al embate de Katrina, cuyo saldo oficial de muertos sobrepasa los 1.000, enviaron camiones con agua, alimentos y hielo a las ciudades tejanas de Austin, Houston y San Antonio, y movilizaron más de 300 médicos y más de 130 rescatistas a la región.

“No tomemos riesgos, vamos a prepararnos”, dijo el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, a la cadena ABC.

Otros 300.000 guardias nacionales están listos en todo el país (1.000 en Texas) para intervenir en cualquier crisis, y el Ejército estadounidense se preparaba para intervenir si se lo piden las autoridades federales.

Unos 7.000 refugiados por Katrina en Houston debieron ser nuevamente evacuados, esta vez a Arkansas y Tennessee (sur). Alicia Baxter, una mujer que llegó a Galveston la semana pasada desplazada del Superdome de Nueva Orleans y luego del Astrodome de Houston, no podía creer su suerte: “Estoy por suicidarme”, dijo.

Rita también dejó sentir sus efectos en el precio del petróleo, que en Londres cerró al alza de 53 centavos de dólar a 64,73 dólares, y en Nueva York 60 centavos a 66,80 dólares.

El 73% de la producción petrolera del Golfo (una tercera parte de la producción estadounidense), ascendente a 1,5 millones de barriles, estaba paralizada; más de 500 plataformas petroleras habían sido evacuadas y por lo menos 10 refinerías estaban ubicadas en la trayectoria directa de Rita, entre Galveston y Houston.

Rita es el noveno huracán del año en el Atlántico, cuya temporada ciclónica se extiende hasta el 30 de noviembre, y el segundo que alcanza la máxima intensidad luego de Katrina.