BAGDAD, (AFP) – El expresidente iraquí Saddam Hussein desafió abiertamente al juez al negarse a ponerse de pie para hablar cuando se reanudó su proceso el lunes en Bagdad, después de haber entrado a la sala al grito de: “¡Abajo los traidores! ¡Abajo Bush! ¡Viva la Uma (nación árabe)!”

Conducido en contra su voluntad frente al tribunal que le juzga a él y a otras siete autoridades del antiguo régimen por la matanza de 148 chiítas en 1982 en Dujail, al norte de Bagdad, Hussein armó un gran alboroto para impedir que se celebrase la audiencia, que finalmente duró tres horas.

Después de entrar en la sala gritando, interrumpió sistemáticamente al presidente del Alto Tribunal Penal, Rauf Rachid Abdel Rahman, que trataba de iniciar la sesión. Hussein, en actitud desafiante, le espetó: “No eres nada. Eres una vergüenza”.

A su vez, el medio hermano de Hussein, Barzan al-Tikriti, apoyaba al ex presidente iraquí: “No quiero estar aquí. Tu virilidad es de vergüenza. Eres un juez militar”.

Manteniendo la sangre fría al comprender la maniobra, el juez se dirigió al antiguo dictador: “Vamos a actuar según las normas y no toleraremos los discursos políticos ni las trabas que ustedes ponen para impedir la correcta marcha del tribunal. La corte aplicará la ley a todos aquellos que intenten sabotear su misión”.

“¿Por qué tienen los testigos el derecho a hablar de política que ustedes nos niegan a mí y a mis co-acusados?”, replicó Hussein.

Siempre atento, siguiendo con mirada penetrante los debates, Saddam Hussein demuestra a veces su humor y sonríe.

Mientras, el juez se dirigía a Al-Tikriti, que no cesaba de gritar, para decirle: “Estás detenido, acusado y siendo juzgado, pero no paras de hablar”, Hussein respondió con una gran sonrisa: “Así es Barzan, se ve que no le conoces todavía”.

Al fiscal general Jaafar al Musaui, que propuso al juez reemplazar los abogados de los acusados que boicoteaban la sesión por abogados de oficio, le respondió inmediatamente: “Queremos los abogados que hemos elegido. Ellos, al igual que Barzan, han sido agredidos ante ustedes en la sala. Esto no es un tribunal, esto es un juego”.

Hussein se mostró puntilloso respecto a su título de presidente en ejercicio y cuando el magistrado habló del actual presidente, Jalal Talabani, respondió: “No es un presidente, es un criminal. Yo soy el jefe del Estado”.

El ex presidente vigila de cerca a sus antiguos colaboradores cuando testifican. Miró intensamente a su antiguo jefe de gabinete, Ahmad Hussein Judeir, que alegó amnesia y se quejó de testificar contra su voluntad.

“¿Fue Saddam quién firmó esta orden de ejecución?, le preguntó el magistrado enseñándole el documento. “Es terrorismo plantear así la pregunta”, espetó el ex dictador.

“Cuando se dirija a la corte, levántese”, le exigió el presidente del tribunal. “Si usted fuera un hombre de ley, lo habría hecho voluntariamente, pero usted no respeta la ley”, replicó Saddam.

También fue insolente con el fiscal, que utilizó la palabra “mártir” para calificar a las personas ejecutadas en Dujail. “No son mártires. Serían malditos”, se burló el acusado. Hussein y los otros siete acusados se declaran inocentes de la matanza, por la que pueden ser condenados a la pena de muerte.

Como Ahmad Judeir estaba en un apuro frente a las ordenes de ejecución que se le mostraban, Saddam Hussein le socorrió insultado al juez: “No tienes derecho a ocupar ese asiento, porque ignoras el derecho y aplicas la justicia estadounidense”.

Tras la declaración de Judeir, la undécima audiencia del tribunal fue suspendida el lunes y se reanudará el martes.