Identidad de convictos y sospechosos

Identidad de convictos y sospechosos

Una de las más grandes irregularidades de los procesos penales que transcurren en nuestro  país, dentro de los tribunales, es la falta de identidad de sospechosos que culminan en convictos sin ser identificados correctamente. Entiéndase por falta de declaración de nacimientos en las Oficialías del Estado Civil.

La gran mayoría de los arrestos de sospechosos o detenidos en flagrante delito, declaran que no portan cédula de identidad por no haberlos declarados, o porque al cumplir los 16 años no acudieron a sacar su cédula. Lo peor ocurre cuando los infractores de la ley son menores  de edad que nunca han sido declarados en el eventual caso de cometer delitos,  ser arrestados y sometidos a un riguroso proceso penal  o aptos para reclamar derechos constitucionales.

Los detenidos por la Policía Nacional donde se inicie la confección de un expediente que los individualice de los demás procesados conforme al artículo 96 del CPP, se evitaría como ocurre con un sin número de sentencias penales, donde los declarados culpables carecen de identidad por falta de un departamento que se encargue de indagar con  familiares  sus datos sobre  declaración de nacimiento,  identificarlos y expedir  su cédula.

Tengo entendido, en situaciones pasadas, cuando existían fichas con fotos y dudosas huellas digitales en las cárceles,  que algunos presos  negociaban su salida que les correspondían con otros internos, que les faltaban varios años por cumplir se canjeaban y salían en libertad.  Sea por  confusión,  conspiración o corrupción; también con juicios pendientes salían libres en juicios de libertad condicional, sin advertencia, negligencia o controles de los fiscales y la dirección de Prisiones.

Con el otorgamiento de fianzas también ocurre que algunos ciudadanos reincidentes,  con más de dos fianzas, pendientes de juicios, consiguen les otorguen otra fianza, sin que el ministerio público por falta de control lo contacte.    

Es importante que la dirección de Prisiones, los jueces de la ejecución de la pena y la Procuraduría General de la República confeccionen un programa, si es que aún no lo tienen, para evitar que dichas anomalías, por falta de contar con precisas identidades de todo aquel que viole las leyes penales, tengan su identidad, no importando su edad, debido al aumento de la delincuencia y  de presos preventivos, se evite que en el futuro vuelvan a repetirse  hechos ocurridos en el pasado, cuando se canjeaban los convictos unos por otros.

 

 

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