Identificación de los dominicanos con la causa de Occidente. Las acciones militares de Rusia sobre Ucrania acercan al mundo a un conflicto que no se quedaría en sus latitudes originales y colocan a la humanidad ante los peligros de un encadenamiento de imprevisibles episodios entre contendientes de poderíos que incluyen las armas nucleares.
Es la paz de todo el planeta la que queda amenazada por las ambiciones de predominio de súper potencias, con el absolutismo ruso de un lado y el gran bloque de naciones occidentales identificado claramente por el nuevo emperador Vladimir Putin como el enemigo jurado que está en su mira, más allá de su vecindario euroasiático.
Por el momento no hay que estar cerca, ni en la línea de fuego de los agresores, para recibir las consecuencias de ataques que sumirían en crisis los intercambios comerciales y suministros de combustibles y cereales con tendencia alcista.
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República Dominicana, sumamente vulnerable a todo tipo de encarecimiento importado, pertenece al hemisferio contrapuesto a los designios del Moscú enfurecido y muy de inmediato tendría una cuota de sacrificios económicos y sociales por las hostilidades.
Es necesario que como parte de un agrupamiento de naciones obligadas colocarse a la defensiva, los dominicanos sean consecuentes con su realidad en este dilema de la bipolaridad y que lo propio hagan quienes los gobiernan, con los cuales procede identificarse en decisiones de política exterior favorables a la democracia y a la pluralidad.