La brecha entre ricos y pobres se agranda y el capital, en estos momentos de crisis, se acumula de forma escandalosa hasta el punto de que los dictadores privados del capitalismo ya no saben qué hacer. Sin embargo, estos necesitarán tarde o temprano del hombre-pueblo con el fin de que les mantenga el nivel de consumo que ellos son incapaces de conseguir. Un consumo que se le hará necesario crear para poder seguir moviendo sus inmensas riquezas, hoy en bancos y financieras, invertida en productos especulativos de consumo, ya que solo una pequeña parte del capital se está utilizando en actividades productivas.

Las Corporaciones Transnacionales defensoras acérrimas de la globalización y del libre comercio, modelo económico, político e ideológico que incluso asumió, abriéndole los brazos y justificándolo como la sociedad del bienestar, gobiernos socialistas europeos de las dos últimas décadas del siglo pasado haciendo posible y colaborando en la creación de un nuevo sistema financiero mundial que todo occidente dejó en mano para su diseño, a imagen y semejanza, de los Lobbies Transnacionales, que se convirtieron con sus novedosas y modernas prácticas mercantiles en más ricos y poderosos que las propias Corporaciones, hasta el punto de que en tan sólo unos días hacían fracasar quebrando con sus prácticas al propio sistema de esos pueblos en cuestión (por ejemplo México).

Debemos aceptar que el mundo debe ser reordenado y en consecuencia estamos obligados a establecer pilares básicos donde se sustente el nuevo sistema, sin olvidar que democracia no es igual a burocracia, en la sociedad de1 21 no podemos caer de nuevo en el error de alineación en el que basta ahora nos hemos sustentado alineándonos sin condiciones con la globalización capitalista. Esos pilares básicos deberán representar la voluntad democrática del pueblo sin su cómplice silencio o no tendrá ningún valor ni fortaleza el necesario Nuevo Sistema Internacional de los Pueblos Libres (NSI-PL).

La recuperación económica y socio-política de la sociedad será posible en la medida que los dictadores privados comiencen a sufrir en su propio sistema la inactividad de los lobbies trasnacionales y la falta de resultado fruto de la propia crisis. En definitiva, cuando detecten la necesidad de los consumos masivos para con ellos poder conseguir espacios en los mercados para introducir nuevas operaciones que les garanticen mayores resultados que sus actuales cuentas de monedas, valores y acciones. Cuando necesiten países dinámicos económicamente y como consecuencia de gobiernos con recursos que les permitan seguir manteniendo sus privilegios operativos.

No olvidemos que las prácticas de las economías Corporativas Transnacionales (CT) y sus lobbies siempre utilizaron sus iniciativas agresivas especulativas girando en torno a1 impacto social del empleo, más aún en Latinoamérica, Asia y algunos países del Norte de África, llegándose incluso a ganar una gran reputación como empleadores, argumentos demagógicos que los corruptos gobernantes han sabido utilizar para justificar sus desmanes sin conciencia. Los gobiernos socialistas ya no pueden operar al margen del sistema capitalista global, como consecuencia las ideologías en manos del poder gobernante no resultan ser garantía para los pueblos. Consideremos entonces la Ideología de la Conciencia Social (ICS) basando ésta en la reintegración de las economías humanas desde el empleo ajustando a los ciclos naturales del hombre y sus necesidades existenciales basadas en un nuevo sistema de crecimiento en el que pueda quedar acotada y redefinida tanto la riqueza como el trabajo.