Idioma es problema para los latinos

Idioma es problema para los latinos

OAKLAND, California (AP).- Tener un intérprete en las Grandes Ligas parece ser un lujo reservado para los japoneses, ya que la mayoría de los peloteros latinoamericanos tienen que recurrir a su escaso inglés o a la ayuda de algún amigo para defenderse y relacionarse con sus compañeros y entrenadores.

Los japoneses cuentan con intérpretes no sólo para comunicarse con el resto del equipo, sino también para tramitar documentos como la licencia de conducir, mientras que pocos latinos reciben ese tratamiento.

Sea justo o injusto, el hecho es que casi todos los peloteros japoneses cuentan con ayuda de intérpretes si es necesario y los cientos de latinos que juegan en las Grandes Ligas deben ayudarse los unos a los otros para hacerse entender.

«Si le das un vistazo a estos muchachos, tienen 18 o 19 años y están muertos de miedo», dijo el piloto de los Medias Rojas, Terry Francona. «Quizás están lejos de sus casas por primera vez. Están en otro país. El que nos gusten las hamburguesas no quiere decir que a ellos también tiene que gustarles. Es muy injusto. Creo que es nuestra responsabilidad ayudarles. Cuanto más rápido puedan comunicarse, mejor les irá fuera del terreno de juego, y creo que eso les permitirá tener un mayor éxito adentro», añadió.

De los 829 jugadores de Grandes Ligas, el 23.5% proviene de la República Dominicana, Puerto Rico, México, Venezuela o Cuba, según datos de la oficina del comisionado. En las ligas menores el porcentaje es de un 40%.

Los Yanquis de Nueva York tienen un intérprete de tiempo completo para Hideki Matsui, y cuando Kaz Matsui firmó con los Mets, su exigencia no fue sólo de un intérprete para él, sino también para su esposa. Los Yanquis también contrataron a un intérprete para los cubanos Orlando Hernández y José Contreras cuando estaban con el equipo. Sin embargo, pocos equipos tienen un presupuesto como el de los dos equipos de Nueva York. El año pasado, el dominicano Vladimir Guerrero, el «Jugador Más Valioso» de la Liga Americana en el 2004, dependía generalmente del comentarista radial hispano del equipo para comunicarse en las entrevistas.

Sin embargo, hay varias razones que explican la ayuda que reciben los japoneses. Su lenguaje es totalmente diferente y extraño para la mayoría de las personas en las Grandes Ligas, y la otra es que cuando llegan a Estados Unidos lo hacen precedidos de enorme fama y con carreras bien asentadas. En cambio, la gran mayoría de los latinos son promesas, y los clubes no suelen pagar millonadas por ellos, como es el caso de los japoneses. Además, en muchos equipos suelen haber numerosos jugadores hispanos.

Muchos equipos están optando por establecer academias en la República Dominicana y otros lugares para facilitar la llegada de los latinos a las Grandes Ligas. En estas academias les enseñan inglés y las diferencias culturales con Estados Unidos.

Algunos clubes también organizan sesiones en las que enseñan a los jugadores cosas elementales, incluidas cuánto se debe dejar de propina y cómo abrir una cuenta bancaria. No obstante, numerosos peloteros hispanos entienden que los japoneses reciban la ayuda del intérprete.

«Estamos acostumbrados. Hay muchos latinos y muy pocos japoneses», dijo David Ortiz, de los Medias Rojas.

El piloto dominicano de los Gigantes, Felipe Alou, llegó a Estados Unidos sin saber inglés en 1956. No sólo era uno de los primeros peloteros latinos en el país, sino un hombre de raza negra que vivía en el sur cuando todavía había fuertes brotes racistas. «Yo tomaba clases de inglés en el colegio, pero no es lo mismo», dijo. Alou se enfurecía con los reporteros que no le corregían cuando hablaba. El piloto cree que los medios se burlan del acento y del inglés limitado de los jugadores, a pesar del esfuerzo que hacen éstos por comunicarse en un idioma que no es el suyo. Los jugadores creen, sin embargo, que los clubes deberían ayudar a sus jugadores latinos a entender al menos las reglas sobre el dopaje.

El relevista mexicano de los Atléticos, Ricardo Rincón, asegura que muchos latinos toman suplementos aprobados en sus países, pero prohibidos por el béisbol, simplemente porque no pueden leer las reglas en inglés.

«El béisbol puede hacer más para cerciorarse de que cada latino no ingiera estos suplementos después de la temporada», dijo Rincón.

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