Idiosincrasia y mitos en devoción a la Virgen de la Altagracia

Idiosincrasia y mitos en devoción a la Virgen de la Altagracia

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Al sacerdote jesuita José Luis Sáez no le cabe ninguna duda que la devoción a la Virgen de la Altagracia está enraizada en la idiosincrasia dominicana, por tratarse de un culto que inició en los primeros años de la colonia, pero como historiador que es considera oportuno desmontar uno de los relatos que aún se mantienen sobre el origen de esa advocación mariana en tierras dominicanas.

La versión de la niña residente en Higüey que soñó con la le pidió a su padre comerciante que le llevara una imagen, en los primeros años del período colonial, la considera una invención del sacerdote Gabriel Moreno del Cristo, “que era un fantasioso y le dio al público lo que quería, un cuento, y él inventó esa leyenda de la Altagracia”, sostiene Sáez.

“Lo que pasa es que después él buscó para que la escribiera a un escritor profesional, a Juan Elías Moscoso, en 1912. Moscoso le dio forma literaria y lo divulgó, el cuento era ameno, y como todo lo prodigioso le encanta a la gente, eso hay que mencionarlo porque no sirve para nada y no obedece para nada a la realidad”, refiere Sáez.

En ese contexto Sáez plantea, sin embargo, que la devoción por la Virgen de la Altagracia inició casi de manera simultánea, en Santo Domingo y en Higüey, alrededor del año 1502.

Virgen de la Altagracia 21 de Enero Madre Protectora y Espiritual del Pueblo Dominicano cuadro de la Virgen en Basilica de Higuey
Virgen de la Altagracia



“La devoción de la Virgen de Altagracia en la Cuidad de Santo Domingo está ligada al Hospital de San Nicolás, edificado por el gobernador Nicolás de Ovando. El germen de dicho hospital fue una casa con una pequeña capilla, dedicada a la Virgen de Altagracia, en que una negra de bastante edad, es posible que fuese una negra libre, cuidaba a los pobres de la ciudad y a algunos daba albergue.

“En Higüey, sin embargo, parece que existía ya en 1502 una “casa de la Virgen”, cuando aquella villa no llegaba a 22 vecinos y ni siquiera contaba con un cura párroco permanente.

Es posible que la familia Trejo o Simón de Bolívar, antepasado del famoso Simón Bolívar, ligado al futuro de Latinoamérica, fueran promotores del culto y de la denominada “casa de la Virgen” no de un templo y mucho menos de un Santuario. Ese santuario sería realidad hacia 1567”.

El padre Sáez también aclara que la fecha en la que se celebra el Día de la Altagracia es distinta a la escogida por la iglesia católica, que era el 15 de agosto, cuando se conmemoraba el día de todas las patronas, tanto en España como en b.

Específicamente la lucha entre España y Francia por el territorio de La Española cambió la fecha de la celebración religiosa. “El 21 de enero de 1691 se enfrentaron en la batalla de la Sabana de La Limonade. El triunfo de los españoles se adjudicó en seguida a la protección de la Virgen de Altagracia.

Muchos años más tarde, el arzobispo de Santo Domingo, el basiliano Isidoro Rodríguez Lorenzo, escribió una carta decretando que sería fiesta el 21 de enero en honor de la Altagracia, que ya se celebraba en ese día desde 1692”, explicó.

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