Iglesia choca contra opositores del gobierno en Rusia

Iglesia choca contra opositores del gobierno en Rusia

MOSCU (AP) — Los policías avientan de cabeza a una delgada disidente a una camioneta oficial. Cerca, una decena de barbudos que portan cruces ortodoxas y visten camisetas con cráneos y huesos vitorean a las fuerzas de seguridad.

Es el más reciente estallido de un creciente antagonismo entre partidarios de la influyente Iglesia Ortodoxa —que se ve a sí misma como la guía espiritual de Rusia— y los opositores al régimen que dicen que la Iglesia se vendió a Vladimir Putin y se convirtió en un brazo de su régimen más interesado en el oro que en las almas.

Roman Dobrokhotov iba rumbo a la Catedral de Cristo Salvador, la más grande del país, para protestar por el arresto de las integrantes del grupo de punk Pussy Riot. Fueron encarceladas a comienzos de marzo por encabezar una «oración punk» contra Putin frente al altar dorado de la iglesia usando coloridos pasamontañas.

El líder eclesiástico, el patriarca Kirill, lo consideró una blasfemia. Los críticos denunciaron que la colusión Iglesia-Estado mantiene a las mujeres tras las rejas.

Muchos dicen que Putin, quien regresó a la presidencia la semana pasada, ha utilizado a la Iglesia como una potente herramienta en su estructura de mando, permitiéndole amasar vasta riqueza a cambio de apoyo incuestionable a sus políticas y la bendición espiritual a su liderazgo.

Durante más de un milenio, la Iglesia ayudó a cimentar la identidad y cultura de Rusia en tiempos de invasiones extranjeras y agitación política, y ese legado se mantiene con fuerza en los corazones de millones de rusos.

Bajo el régimen soviético ateo, la Iglesia sufrió persecución y decenas de miles de sus fieles fueron encarcelados o ejecutados. La caída del comunismo en 1991 abrió el camino para un resurgimiento que muchos celebraron por regresar a Rusia a sus raíces espirituales.

Pero el resentimiento creció lentamente por la percepción de que los líderes religiosos se estaban volviendo títeres del Kremlin.

Los críticos dijeron que las cúpulas de oro de las iglesias eran una ostentación vergonzosa para un país que sufría en los tiempos difíciles con Boris Yeltsin. La iglesia ha reconocido que administraba negocios de alcohol, tabaco, aceite y joyas para recaudar fondos. Las sospechas crecieron aún más bajo Putin.

El respaldo de la Iglesia la Kremlin se hizo tan servil que consagró los nuevos misiles nucleares rusos, a los que describió como «ángeles guardianes», y exhortó a los jóvenes rusos a prestar servicio militar en Chechenia.

Poco antes de la protesta de Pussy Riot, Kirill se reunió con Putin y dijo que sus dos periodos presidenciales fueron un «milagro de Dios».

A su vez, Putin dijo que «el Estado le debe mucho a la Iglesia».

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