La Iglesia Internacional de Cannabis (ICC) en Denver (Colorado, EEUU) celebra este sábado el día de la marihuana con sabor a “victoria definitiva”, luego de que un juez declarase no culpable a uno de los cofundadores de ese grupo religioso.
Al cabo de una larga audiencia celebrada el viernes, el juez Johnny Barajas desestimó los cargos que afrontaba Lee Molloy y rechazó llevar el caso a un proceso con un jurado, además de censurar la “pérdida de tiempo y dinero público” a raíz de la detención del acusado.
En abril de 2017, agentes del Departamento de Policía de Denver, quienes ingresaron encubiertos a la sede de la iglesia, arrestaron a Molloy, Steve Berkey y Briley Hale por fumar marihuana durante la ceremonia de inauguración de la sede, un acto que presuntamente incumplió el Acta de Aire Limpio de Colorado.
Bajo el argumento legal de “contaminación de aire” en Colorado se multaba a empresas u organizaciones que permitían, sin permiso oficial, fumar tabaco dentro de los establecimientos.
“Me alegra haber dejado atrás todo este largo y agotador caso. Esta es una victoria para la iglesia y para todos en Colorado que respaldan el cannabis”, expresó Molloy tras conocerse la decisión del juez.
“Es asombroso que este resultado haya llegado en la víspera del 4/20. Ahora vamos a celebrar nuestra Fiesta Suprema con nuestros compañeros”, agregó, en alusión al 20 de abril, la fecha en que en Estados Unidos los amantes de la marihuana celebran a esta hierba.
“Voy a dejar atrás esta larga odisea. Va a ser algo interesante, quizá una celebración”, había dicho Molloy a Efe antes de iniciarse la audiencia del viernes.
En febrero pasado, Steve Berke fue declarado culpable por un jurado de los cargos en su contra y condenado a pagar una multa, mientras que Briley Hale se declaró culpable, pagó su multa y se mudó fuera de Colorado.
Antes de que la legalización de la marihuana recreativa en Colorado entrara en vigor, en enero de 2014, el consumo de esa sustancia en público llevaba una sanción máxima de 300 dólares y raramente llegaba a juicio.
En el caso de ICC, el consumo se realiza dentro de un recinto cerrado, al que se accede sólo por invitación, y además es sólo para mayores de 21 años y como parte de una ceremonia religiosa.
“Los policías se infiltraron en la capilla de una congregación pacífica para llevarnos a la corte. La verdadera batalla, entonces, es qué constituye el consumo público y privado de cannabis como sacramento”, señaló Molloy, que de haber sido declarado culpable habría tenido que pagar una multa de 300 dólares.
Molloy sostenía que los cargos eran “ridículos”, porque se basan “en una muy complicada teoría legal, antes usada contra el tabaco en lugares de trabajo».
Los feligreses del grupo, que se hacen llamar a sí mismos “elevacionistas”, celebraron la no culpabilidad de Molloy decretada por el magistrado.
“La ICC salvó mi matrimonio. Estoy muy agradecida a Dios por la gente de Denver que votó a favor del canabis legal y por aquellos que ahora detuvieron los intentos de (la ciudad de) Denver de cerrar nuestra iglesia”, dijo a Efe Beth Krug, de 65 años y quien se mudó a Colorado en julio de 2017 para unirse a la iglesia.
“Las autoridades querían forzar el cierre del santuario”, aseveró Krug, directora del coro de ICC.