Iglesia de EEUU infunde miedo, separa familias en Brasil

Iglesia de EEUU infunde miedo, separa familias en Brasil

Brasil. En las iglesias de Word of Faith Fellowship en las ciudades brasileñas de Sao Joaquim de Bicas y Franco da Rocha, los indicios de que hay familias divididas están por todos lados: padres alejados de sus hijos, hermanos que ya no se hablan, abuelos que se preguntan si algún día conocerán a sus nietos.

A lo largo de dos décadas, la iglesia madre basada en Estados Unidos se hizo cargo de ambas congregaciones en Brasil y aplicó una interpretación estricta de la Biblia que impone controles rigurosos y castigos físicos, comprobó una investigación de The Associated Press.

Muchos de las más de tres decenas de exmiembros entrevistados por AP en Brasil dicen que viven en constante temor del castigo divino. Algunos han buscado ayuda psicológica, otros se preguntan cómo pudieron soportar tanto tiempo el abuso.

La exmiembro Julia Oliveira recuerda cuando la vida era normal en la iglesia de Sao Joaquim de Bicas. Pero eso fue hace años, antes de que los estadounidenses llegaran desde Spindale, Carolina del Norte. Antes de ser despojados de las tradiciones brasileñas, narró, y comenzaran los gritos y golpes.

“Cuando estás en una secta, no te das cuenta de que estás en una secta porque poco a poco se vuelve ‘normal’”, dijo Oliveira de 34 años. “Es como un sapo en una olla de agua. Para cuando hierve, ya no puede saltar”.

El estudio de la expansión de Word of Faith en el país más grande de América Latina es parte de una extensa investigación en curso de la AP de la iglesia evangélica, fundada en 1979 por Jane Whaley, una exprofesora de matemáticas, y su esposo, Sam.

Basada en entrevistas exclusivas con decenas de exmiembros, AP reportó en febrero que los congregantes en Estados Unidos eran golpeados, abofeteados y asfixiados con frecuencia para “purificar” a los pecadores al sacarles a golpes los demonios.

La AP también ha detallado cómo Word of Faith llevó un flujo constante de jóvenes miembros brasileños a Estados Unidos con visas de turista o de estudiante, y los forzaba a trabajar tanto en las iglesias como en empresas propiedad de líderes de la secta.

Ni Whaley ni los pastores de ambas congregaciones de Word of Faith en Brasil respondieron a pedidos de comentarios.

La iglesia tiene cerca de 2.000 miembros en Brasil y Ghana, y sus afiliados en Suecia, Escocia y otros países, además de los 750 congregantes en Spindale.

En Brasil, la penetración de ambas iglesias fue un proceso lento que culminó con normas severas que regulaban prácticamente todos los aspectos de la vida de los congregantes, dijeron exmiembros.

Muchos de los edictos reflejaban los mandatos de Whaley en Carolina del Norte, como la prohibición de utilizar pantalones de mezclilla, o que niños hablaran con miembros del sexo opuesto sin autorización.

En Franco da Rocha, exmiembros dijeron que Whaley prohibía el fútbol mientras Brasil se preparaba para ser anfitrión de la Copa Mundial 2014 porque consideraba que los jóvenes de la iglesia se enfocaban en el evento a expensas de Dios.

“Acabamos de lidiar con un gran ‘demonio de fútbol’ en Brasil hace dos semanas”, Whaley dijo en la congregación de Spindale durante un sermón transmitido en las iglesias de Brasil y Ghana que fue visto por AP.