Rodeado del amor de feligreses, exalumnos y compañeros de la Iglesia católica, fueron sepultados ayer en el cementerio Puerta del Cielo los restos de monseñor Amancio Escapa Aparicio, obispo auxiliar emérito de la Arquidiócesis de Santo Domingo, fallecido el viernes a los 79 años, tras padecer una larga enfermedad.
Los actos protocolares iniciaron a las 10:00 de la mañana con una misa exequial de cuerpo presente en la Catedral Primada de América, oficiada por el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, quien exaltó las virtudes de Escapa Aparicio: “es admirable su entrega y desvelo por la formación de los cursillistas de la Cristiandad y su preocupación por la vivencia del Cuarto día”.
Según él, Escapa Aparicio fue un “servidor fiel y solícito del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y estaba siempre dispuesto a ir a donde los párrocos o los sacerdotes lo llamaran”.
Por esas razones, le rogó al Señor concederle al extinto sacerdote la inmortalidad de la gloria.
El sarcófago de Escapa Aparicio tenía sus propios hábitos, incluida la toca y la sotana, y también una Biblia abierta.
En tanto, el arzobispo de Santiago, Freddy de Jesús Bretón, oró ante el cadáver y derramó agua bendita e incienso sobre él.
En la misa participaron la primera dama, Cándida Montilla de Medina, y autoridades civiles, militares y policiales.
A propósito, la esposa del mandatario definió a monseñor Escapa Aparicio como “un gran guía espiritual de nuestra Iglesia”.
Al lamentar la desaparición física del sacerdote, dijo que era “muy humilde y siempre dejaba un mensaje positivo y de amor, y siempre se enfrascaba en los problemas sociales”.
Apuntes biográficos. Monseñor Amancio Escapa Aparicio expiró el viernes a los 79 años de edad.
Nació en España el 30 de marzo de 1938. Llegó al país en 1965 y adoptó la ciudadanía dominicana en 1993. Fue vicario general y obispo auxiliar, de forma “discreta, silenciosa y abnegada”, a juicio de monseñor Francisco Ozoria Acosta.
Fomentó los Cursillos de Cristiandad, donde acompañó a los laicos con “celo apostólico”. Fue rector de la Universidad Católica Santo Domingo.
Conmoción. Luego de la misa, el cuerpo sin vida del sacerdote fue trasladado a la iglesia de la Casa San Pablo, donde decenas de feligreses visiblemente afectados por la irreparable pérdida, dieron el último adiós al religioso.
Al pronunciar unas breves palabras, el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en República Dominicana, monseñor Jude Thaddeus Okolo, destacó el desprendimiento con que vivió monseñor. Dijo que cumplió con su misión aquí en la tierra como un hombre obediente de Dios.
Posteriormente, el féretro fue llevado hasta la parroquia San Judas Tadeo, ubicada en la Fantino Falco, en el ensanche Naco.
A la 1:40, fue recibido allí con un unísono aplauso, mientras las lágrimas en los rostros de los presentes no cesaban.
El padre Ariadis Pascual, quien tuvo a su cargo las palabras de recibimiento, ponderó las cualidades humanas, éticas y profesionales del sacerdote.
En el acto se recordó que Ozoria Acosta fue durante 25 años maestro del colegio San Judas Tadeo, siendo querido y admirado por alumnos y compañeros.
Gratitud. Durante los últimos dos meses, decenas de llamadas telefónicas fueron recibidas en la parroquia preguntando por su estado de salud.
En cada una de éstas eran reiterativos los mensajes de gratitud por el respaldo ante necesidades diversas. “Escapa Aparicio siempre estuvo presente, sin importar las adversidades, lo que garantiza que hoy esté en presencia del Señor”, manifestó Ariadis Pascual.
Durante el acto, los presentes fueron desfilando ante el féretro del sacerdote.
Visiblemente compungido se observó al empresario y exvicepresidente de la Corporación de Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, Celso Marranzini, así como a su madre Mary Pérez de Marranzini.
También hizo guardia de honor el dirigente político Orlando Jorge Mera.