Iglesia  dominicana vive de los pobres y de promesas de los ricos

Iglesia  dominicana vive de los pobres y de promesas de los ricos

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Las once diócesis de la Iglesia Católica en la República Dominicana son muy  pobres, porque viven de las aportaciones de éstos y de las promesas de los ricos, afirmó monseñor Francisco José Arnaiz, obispo auxiliar emérito de Santo Domingo. Al destacar que la Iglesia da la impresión de ser rica siendo pobre, dijo que la solidaridad de las iglesias del primer mundo, a través de fundaciones que hacen donaciones económicas, es lo que permite que puedan desarrollar programas a favor de los más necesitados.

Durante su participación en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, también dijo que una de las obligaciones del Estado dominicano es atender a los ancianos, “pero no llegan a cuatro los hogares para envejecientes que éste tiene en funcionamiento, y sin embargo la Iglesia sostiene a  18 por cuenta propia”. Sobre ese aspecto destacó que el Hogar de ancianos San Francisco, ubicado en el Distrito Nacional, tiene más de cien internos y el gobierno apenas aporta RD$35,000 mensuales, y lo que falta tiene la Iglesia que pedirlo.

La Iglesia Católica también mantiene 280 colegios parroquiales en  las zonas pobres, donde no cobra y el gobierno tampoco da nada, manifestó monseñor Arnaiz.

“Nosotros tenemos casi todas  las guarderías infantiles, en el barrio Los Tres Brazos un padre hizo un acueducto, una funeraria y la Casa Rosada para Niños con Sida, y el gobierno no da nada, la Iglesia es que sostiene esa institución”.

Además, añadió que pese al alza de los precios de los medicamentos, instalaron farmacias populares en todo el país y también tienen consultorios médicos y que  es en todo eso en lo que se les va el dinero.

Expresó que la Iglesia Católica da un aspecto que no responde a la pobreza con que se maneja y puso como ejemplo que todos los curas  tienen  un carro Toyota que los donó la iglesia alemana.

De su lado, el reverendo Lorenzo Vargas, coordinador del Plan Arquidiocesano Pastoral, manifestó sobre el mismo contexto que en el ámbito económico, tomando en cuenta los aportes de la feligresía, la iglesia todavía es muy débil.

“Parte del proyecto pastoral que tenemos es que el católico sepa que tiene que aportar, no solamente recibir. Antes teníamos muchos misioneros españoles, norteamericanos, canadienses que en vez de pedir traían recursos”.

Consideró verdadero que la construcción de una  iglesia le corresponde a la comunidad, pero que muchas veces estas son muy pobres, y por mucho que colaboren no dan para mucho, “pero además, somos débiles económicamente porque  no tenemos estructura organizativa”.

CONCORDATO A LA DOMINICANA

Sobre las ventajas del Concordato, firmado  por el Vaticano y el Estado dominicano en 1954, Arnaiz dijo que contrario a lo que muchos piensan, este acuerdo no ofrece tantas ventajas y que si la parte dominicana decide cambiarlo la Iglesia no tendría ningún inconveniente. “Con el Concordato no se trata de obtener beneficios, sino que es un instrumento para evitar líos, porque la Iglesia es conflictiva con la sociedad y si no lo es no es verdaderamente la iglesia, porque los súbditos de la iglesia son también del Estado”.

Añadió que  si el Estado dominicano pide que el Concordato se cambie la iglesia no tiene ninguna objeción y que la Santa Sede no ha tenido ninguna dificultad en hacer contratos y romperlos, porque quiere que lo  pida el Estado.

Valdez argumentó sobre ese tema que el Concordato se aplica muy a la dominicana, en el sentido de que su aplicación depende de que el Presidente de la República quiera, o de que algún funcionario desee aportar en alguna obra que beneficie a su comunidad.

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